Philipp Adams cuestiona la recepción de sus obras y su presencia en el espacio urbano. Con "Terre d'accueil" [Tierra de acogida], presenta un manifiesto sutil a favor de la protección de las áreas verdes urbanas.
Philipp Adams es originario de Filadelfia. Sus obras se han exhibido en todo Estados Unidos y, en los últimos años, también en Montreal. Sus murales y obras de arte público reflejan el gran interés que tiene por el proceso comunitario, la transición de la creación en el estudio a la implementación en el espacio público y la interacción, a su vez, con el público que acompaña este proceso.El arte de Philipp Adams es profundamente interactivo. No se trata de decorar o embellecer un barrio, sino de entablar un diálogo con sus habitantes. Dejar su estudio para crear algo significa para Adams aceptar que su arte también sale del ámbito privado.
Sobre este proceso comunitario, él comenta: "En las conversaciones con lxs residentes, entendí de inmediato que, como artista público, debes resolver problemas, no sólo para generar un impacto inmediato de belleza, apropiación e identidad del lugar, sino también para hacer que las personas consideren un lugar como único cuando pasan por él", mencionó a la entrevistadora Carly Rapaport-Stein, en Light and creativity: in interview with Philip Adams (disponible en inglés).
Elegir una vista familiar del Mont-Royal, algo que lxs residentes conocen, una vista típica de un paseo de domingo por la tarde para traerla directamente a su hogar y provocar una reflexión sobre nuestro entorno y su fragilidad, no es en absoluto inofensivo. Adams presenta aquí algo que podría considerarse evidente, pero que, sin embargo, podría desaparecer. Pensemos solo en el Tempelhofer Feld y los persistentes proyectos de construcción que siempre vuelven a ser tema de conversación.
Los lugares verdes en una ciudad son una decisión política y Adams nos hace conscientes de lo importante que es proteger la naturaleza en el espacio urbano. De este modo, recuerda a la comunidad, pero también a cada transeúnte, lo crucial que es preservar los pulmones verdes de una ciudad. Su obra Terre d’accueil, con ese papel arrugado sobre el que está dibujado un corazón, sugiere una relación compleja de la sociedad con su entorno. El papel arrugado recuerda la basura que un transeúnte deja en la calle, pero aquí el artista le da un nuevo significado al centrarlo en el núcleo de su obra. Esta materialidad desgastada, junto con la vista de la naturaleza urbana, subraya lo importante que es proteger los lugares que nuestra comunidad utiliza a diario, y sirve, a su vez, como un recordatorio para todxs los que pasan por allí.