Campanillas amortiguadas y reverberantes, un alegre gorjeo, toques de sintetizador dub y un breakbeat ligeramente nervioso, dan la bienvenida a lxs oyentes en Broken Temptation, el último sencillo de Polygonia, el proyecto multidisciplinario de la DJ y artista visual, Lindsey Wang de Múnich. En los últimos años, se ha hecho un nombre sobre todo como directora de sello y audaz colaboradora en la frontera entre la música electrónica y el jazz. Entre otras cosas, forma parte de la banda de jazz-tecno "Lyder" y ha publicado un álbum con el baterista Simon Popp del entorno de Squama en Múnich. Sus composiciones juguetonas escapan a las categorías clásicas, y su interés por los instrumentos acústicos y la diversidad cultural añade siempre momentos sorprendentes a sus lanzamientos.
Rara vez un nombre de proyecto ha sido tan descriptivo como el del investigador sonoro de Stuttgart, Michael Fiedler. Bajo el seudónimo Ghost Dubs, ha lanzado en el prestigioso sello "Pressure" un álbum de dub techno verdaderamente fantasmal, en el que se pueden percibir claramente las grandes influencias de Basic Channel.
Adornado con experimentos sonoros, en su debut Damaged, Michael Fiedler demuestra tanto sus habilidades técnicas como diseñador de sonido como las adquiridas en las producciones de su grupo de avant-pop "Annagemina" y el proyecto de reggae-dub Jah Schulz. Pero que esto no engañe: a pesar de sus diversas influencias, el álbum debut de Ghost Dubs es una obra maestra homogénea del dub minimalista, que mantiene su tensión a lo largo de todo el disco y resulta muy placentero de escuchar.
La colaboración más allá de los límites convencionales es el principio musical más importante para el baterista y productor de Hamburgo, Silvan Strauss, algo que ha demostrado en numerosos trabajos conjuntos con artistas como Maria João, Soweto Kinch y Nils Landgren. La facilidad con la que se mueve con ligereza entre el jazz y la música urbana contemporánea en todas estas colaboraciones es también la característica distintiva de su nuevo álbum en solitario, Facing, un disco mayoritariamente instrumental, salvo por dos temas con el rapero británico Oscar #Worldpeace y uno con el cantante ghanés Mehdi Qamoum. Las composiciones relajadas de hip-hop/jazz urbano fluyen sin esfuerzo, respaldadas por los suaves y analógicos ritmos de batería, a lo largo de la concisa duración del álbum, poco más de media hora. Un trabajo que encantará sobre todo a los amantes del downbeat, aunque sus piezas estén armónicamente teñidas de jazz.
Lo necesario, pero lo mínimo posible: este principio guía el trabajo del trío Kratzen. Se consideran herederos modernos del krautrock y han denominado a su estilo "Krautwave". Su formación es inusual dentro de la distribución de género habitual en la escena musical: aquí, una mujer toca la batería y el único hombre es (la mayoría de las veces) quien canta. Su recién estrenado álbum III es, en comparación con sus predecesores, algo más melódico y casi conciliador, transmitiendo una sensación de satisfacción: una banda que se ha encontrado musical y conceptualmente. Sin embargo, no hay grandes sorpresas: el grupo se mantiene fiel a su principio minimalista. Rítmicamente rectilíneos hasta el borde de la monotonía, los tres siguen su rumbo de la primera a la última nota. Aunque el álbum comienza con fuerza con el potente tema de apertura Reichtum, este tercer disco de los de Colonia también tiene momentos sorprendentemente tranquilos, lo que les sienta de maravilla.
La banda de Hamburgo, Tocotronic, fue en 1993 la respuesta alemana al movimiento Lo-Fi de EE.UU., a grupos como Pavement y Sebadoh, que, agotados por los vibrantes años 80, inauguraron una era de slacker filosóficos. Vestidos con pantalones de pana y camisetas viejas y holgadas de décadas pasadas, sin respeto por las convenciones musicales pero con una sensibilidad incomparable y una visión aguda sobre su generación, se convirtieron, gracias a su astucia y perspicacia, en la voz de una juventud desilusionada que tenía mucho que decir, pero cuya situación privilegiada reducía cualquier rebelión a un gesto vacío. Además, fueron una de las bandas centrales y comercialmente más exitosas de la llamada Hamburger Schule, un capítulo breve pero influyente en la historia de la música alemana. Ahora, después de más de treinta años de trayectoria, lanzan Golden Years, su decimocuarto álbum. Pocas bandas han envejecido con tanta dignidad y han sabido contarle a su generación, una y otra vez, algo sobre sí misma como lo han hecho los "Tocos". Ya sea con el himno antifascista Denn sie wissen was sie tun o la inteligente despedida de la capital Bye Bye Berlin, conocen los temas clave y siempre encuentran el tono adecuado.