La energía áspera de las líneas de sintetizador angulosas y agresivas, la voz más hablada que cantada, la caja de ritmos monótona: todo ello recuerda al eco del movimiento Electroclash, popular en los años 2000. Este sonido es el viento en las velas musicales de Güner Künier, quien en su segundo álbum Yaramaz (cuyo significado en turco significa algo así como "inútil" o "bueno para nada") narra la historia de su juventud: una banda sonora del crecimiento para esta artista y actriz nacida en 1990 en Esmirna (Turquía) y emigrada a Alemania a los tres años. Nueve canciones breves en las que la identidad intercultural y multipolar de la protagonista sirve de telón de fondo, no de tema principal.
A primera vista, Songbook, el nuevo álbum de Masha Qrella, parece una mezcla casi fortuita y atrevida de versiones. Pero la berlinesa de nacimiento logra revivir -como joyas relajadas del pop indie con guitarra- temas como el superéxito de Whitney Houston "I Wanna Dance With Somebody", el menos conocido pero igualmente hermoso "Cool Breeze" de Jeremy Spencer Band, y la excéntrica canción de amor de Queen "I Want To Break Free", integrándolos en un nuevo contexto de álbum. El hilo conductor del encantador álbum, además de los arreglos sobrios centrados en torno a una sola guitarra, es sobre todo la interpretación tranquila y contenida que convierte cada línea y cada canción en un documento profundamente personal. Ella, sin embargo, no se limita a reinterpretar: también sus propias composiciones, como la psicodélica "Wut und Glück", un homenaje soñador y resignado a su ciudad natal Berlín, encajan perfectamente en la obra.
El músico, DJ, compositor, productor y autor Hans Nieswandt, de Colonia, es toda una institución en la escena electrónica alemana. Firmemente arraigado en los años 80, en los inicios del New Wave y el Hip Hop, desde joven se sintió atraído por la entonces incipiente música House: Acid, Deep y Garage House, pero también el Disco. Con su proyecto "Whirlpool Productions" se convirtió en una estrella del pop: el himno de disco house "From Disco To: Disco" (1997) probablemente siga sonando hoy en día en clubes italianos. También como artista de grabación, Hans Nieswandt se ha labrado un nombre, pues ahora continúa esa faceta con el álbum "Floureszent", concebido durante sus recorridos por su nueva ciudad de adopción, Seúl (desde 2020). Este trabajo, tocado, cantado y producido íntegramente por él mismo, abarca un arco estilístico que va del House al Kraut y del Disco al New Wave, una travesía de descubrimiento por una ciudad desconocida, en la que cada esquina ofrece nuevos sonidos, luces y sabores por descubrir.
Han limado las aristas del punk, pero no le han quitado los colmillos: son graciosos, pero no ridículos; rockean sin volverse una parodia de sí mismos; se muestran amables sin dejar de ser punzantes: Acht Eimer Hühnerherzen, el trío folk-punk semiacústico con descaro berlinés, uno de los secretos mejor guardados de la escena musical alemana, perfecciona en su ya cuarto álbum Lieder su característico “punk de cuerdas de nailon”. En 14 temas directos y pegadizos, hablan de psicosis urbanas, pequeñas y grandes catástrofes cotidianas, pero también de amores frustrados en vacaciones, consumo, feminismo y cosas locas. Como en sus lanzamientos anteriores, tienen mucho que contar y cosas importantes que decir. ¡Escuchémosles!
Manchmal merkt man erst, dass man einsam war, wenn man es nicht mehr ist.
A veces uno solo se da cuenta de que estaba solo cuando deja de estarlo
Die Heiterkeit, „Teufelsberg“
Como banda unipersonal Die Heiterkeit, la cantante y compositora, Stella Sommer, mezcla en su nuevo álbum la ternura implacable que la caracteriza con una mística cargada de gestos. Con elegancia, incrusta letras ensoñadoras en un pop de cámara melancólico y un folk de otros tiempos: una colección de canciones poblada por unas pocas obras maestras fantasmales, llenas de calor reconfortante y una energía flotante. Más aún que en sus tres primeros álbumes, en "Schwarze Magie" las composiciones se apoyan en la canción popular clásica, y la voz grave de Stella Sommer se impone de forma aún más impactante sobre los arreglos acústicos minimalistas. La orgullosa espera de cinco años ha valido por completo la pena.