Un abogado criminalista berlinés, exhausto y sometido a las órdenes de un mafioso, asiste a un curso de mindfulness y encuentra la iluminación. Sin embargo, no se trata de un camino virtuoso, sino de un método para deshacerse del mayor problema de su vida: el propio mafioso. El truco: ahora tiene que tomar el control de sus actividades delictivas. La premisa de Asesinar a conciencia o Mindfulness para asesinos de Netflix, podría salir directamente de una nube de palabras que cita anteriores series exitosas en el género policiaco.
BALANCE ENTRE TRABAJO Y VIDA MÁS ALLÁ DEL BIEN Y DEL MAL
Midfulness para asesinos se basa en la novela bestseller de Karsten Dusse, y parece como si estuviera prácticamente predestinada a convertirse en una serie limitada. El abogado berlinés Björn Diemel (Tom Schilling), un poco venido a menos, trabaja para Dragan Sergowicz (Sascha Gersak, en plena forma de oso, sudoroso e indomable), un jefe del crimen extremadamente imprevisible. Cuando Dragan asesina públicamente a un repartidor de drogas de una banda rival, la crisis resultante amenaza con destruir definitivamente la ya frágil vida familiar de Diemel, hasta que su esposa Katharina (Emily Cox) le insta a seguir un curso de “conciencia plena” con Joschka Breitner (Peter Jordan). Las lecciones sobre autocuidado que Diemel extrae del curso de Breitner le inspiran para simplemente eliminar el mayor problema de su vida: Dragan.A lo largo de 8 episodios, los giros dramáticos caen con cronómetro en mano. En EE.UU., Netflix incluso añade un texto al hacer clic en Mindfulness para asesinos: “¿Y si Saul Goodman se volviera Dexter?”, lo que casi delata el juego.
¿CUÁNTO VALE UN SCHILLING?
Mindfulness para asesinos es un curso acelerado de humor negro alemán y seco. La serie ofrece la cantidad justa de extravagancia, con incursiones ocasionales en una comedia de slapstick macabro, para salvar su premisa familiar. Y el elenco hace que uno la quiera seguir viendo. Tom Schilling se ha consolidado como el “pensador entre los pensadores” del cine alemán: el vago intelectual y sobrecafeinado en Oh Boy (también conocida como Un café en Berlín), el alter ego de Gerhard Richter en Werk ohne Autor (Sin destino) y el trágico hombre corriente de Weimar en Fabian, por mencionar solo algunos de sus roles destacados. No es un tipo duro; Diemel es un hombre que vive sólo de su ingenio... o fracasa en el intento. En los momentos clave, el drama más intenso ocurre dentro de la cabeza de Diemel. Ningún actor podría hacerlo mejor que Schilling.No soy una persona violenta, todo lo contrario. Nunca me he peleado, por ejemplo, y maté al primer hombre apenas a los 42 años.
BREAKING BAD… LIGHT
El eje humorístico de la serie radica en que el éxito al hacerse con un imperio criminal depende de aplicar la sabiduría serena de un consejero de vida. Es muy posible que el autor Dusse haya escondido un mensaje satírico en su novela: los principios de la conciencia plena (o mindfulness), al parecer, no son intrínsecamente virtuosos, sino moralmente neutros y maleables a conveniencia.El problema de Mindfulness para asesinos es que Diemel, tras ser aleccionado en el primer episodio, recurre a las lecciones de Breitner cada vez que se mete en problemas. Voilà, problema resuelto… al menos temporalmente. Esto ocurre en el segundo episodio, y en el siguiente. Y en el siguiente. Mientras las circunstancias de Diemel se vuelven cada vez más precarias, la solución sigue siendo siempre la misma. Hacia la mitad de la serie, uno espera un giro argumental sorprendente que rompa la rutina, pero nunca llega tal revelación.
El resultado es que, para una historia en la que todos viven constantemente en peligro de muerte, las apuestas se sienten extrañamente bajas. Esta es una comedia policiaca que se conforma con ser entretenida. Incluso simpática. Lo cual tampoco está mal; al fin y al cabo, no hay escasez de thrillers criminales adictivos para maratonear. Esta serie no pretende elevar la presión arterial del espectador. Pero, dado el talento actoral del que disponían los creadores, al final queda un regusto de potencial desaprovechado. Y es difícil ignorar que el último episodio no termina de encontrar un remate realmente satisfactorio.
TENEMOS LOS MEDIOS PARA MANTENERLE ENGANCHADO
Mindfulness para asesinos se deja ver con gusto. Los episodios de media hora nunca se alargan innecesariamente, y no hay subtramas superfluas para estirar la temporada artificialmente —algo raro en las series de streaming—. La elegante dirección de fotografía de Monika Plura, especialmente en las tomas nocturnas de Berlín, podría tentar al espectador a acariciar literalmente la pantalla. A muchos eso ya les bastará.Mindfulness para asesinos podría ser un indicador de la situación de la televisión en streaming, ahora que ha pasado el encanto inicial y la sensación de posibilidad creativa asociada a él. Los servicios de streaming se están replegando, con suscripciones publicitarias y programas menos atrevidos.
Esta serie cuenta con un talento interpretativo de primera categoría, una producción de calidad y una pizca de nerviosismo que la distingue de la televisión convencional (lectores más jóvenes, pregúntenles a sus padres), como un dedo cortado que constituye la base de un chiste casi inagotable. Aun así, la serie da la sensación de haber sido meticulosamente ensamblada a partir de media docena de series de éxito anteriores. Quizá los servicios de streaming ya no estén interesados en asumir riesgos creativos. En su lugar, se trata de ofrecer a los espectadores más de lo que ya les gusta, y los datos que lo respaldan están disponibles desde hace mucho tiempo.
Mindfulness para asesinos / Achtsam Morden (en alemán)
- Serie limitada, 2024
- Ocho episodios de 30 minutos cada uno
- Reparto: Tom Schilling, Emily Cox, Marc Hosemann, Murathan Muslu, Britta Hammelstein, Sascha Gersak
- Productora: Constantin Television/Netflix
- Basada en la serie de libros Achtsam Morden (Asesinar a cinciencia) de Karsten Dusse
Vea "Mindfulness para asesinos" en la plataforma de streaming Netflix.
Disponible para América Latina en México, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Perú y Venezuela.