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Escritoras policiales
Menospreciadas

El público lector de literatura de misterio es mayormente femenino, las escritoras no venden menos que los hombres y, sin embargo, las reseñas se ocupan mucho más de los escritores varones
El público lector de literatura de misterio es mayormente femenino, las escritoras no venden menos que los hombres y, sin embargo, las reseñas se ocupan mucho más de los escritores varones | Foto (detalle): picture alliance/ullstein bild

Aunque las escritoras de novelas policiales no se quedan atrás en las ventas respecto a sus colegas varones, la situación es diferente si si se observan las reseñas. Allí se consideran sobre todo libros escritos por varones. ¿A qué se debe?

De Matthias Bischoff

Por lo general, los libros con tapas oscuras en las que se ven cielos sombríos y cabañas ominosas tratan de asesinatos. Los colores de las tapas de la mayoría de las novelas policiales muestran que las editoriales no han abandonado su intento de vender este género también a los varones como grupo destinatario. En otras mesas, sobre todo en las de ficción general, predominan los colores de tono pastel: verde, azul y una y otra vez rosa. Esto a uno le puede causar risa o enojo; lo que sí es inevitable es creerles a los departamentos de publicidad de las editoriales: por lo visto, los colores sirven para dar las señales de compra correctas. En última instancia esto no es muy diferente de la ropa para niños. Si el sistema límbico desarrolla esas preferencias desde el nacimiento o si nuestra socialización hace que los varones reaccionen ante el azul oscuro, el blanco y el gris, es una polémica que se da desde hace años en el campo científico entre psicólogos, sociólogos y neurólogos.
 

Sobre todo las mujeres leen textos policiales

En cuanto a las novelas policiales o los thrillers, los expertos de marketing parecen no haberse adecuado a las nuevas circunstancias. Así, desde hace años está comprobado que, igual que en el amplio conjunto de la ficción general, las mujeres han superado a los hombres: las lectoras representan un porcentaje claramente mayor que los varones (51 por ciento y 37 por ciento), según muestra el estudio “Compradores de libros y lectores 2015” del Börsenverein des Deutschen Buchhandels (Asociación Alemana de Editores y Libreros).

En los últimos años, también como autoras exitosas las mujeres han ganado terreno frente a los varones. Por supuesto, los libros de Sebastian Fitzek, Frank Schätzing y Klaus-Peter Wolf se siguen vendiendo de a cientos de miles, por nombrar sólo escritores alemanes. Pero del lado de las mujeres están Charlotte Link, Rita Falk y Nele Neuhaus, además de autoras inglesas y estadounidenses como Elizabeth George, Tana Frech, Tess Gerritsen y muchas otras. En cuanto a la cantidad de novelas policiales publicadas, los hombres siguen adelante, pero en ejemplares vendidos las mujeres están cabeza a cabeza con los hombres.

De ahí que resulte extraño el hallazgo que reveló la escritora policial y traductora Zoë Beck en su página. Beck se queja del predominio de los críticos varones. Según el estudio “Frauen zählen” (Las mujeres cuentan), que relevó estadísticamente y analizó con métodos sociológicos las más de dos mil reseñas que hubo en marzo de 2018 en sesenta y nueve medios alemanes (impresos, radiales y televisivos), la visibilidad de las mujeres es significativamente menor que la de los hombres. El análisis llega a establecer que hay una proporción de dos a uno, es decir, que los hombres gozan del doble de visibilidad. En todos los medios se reseña con mayor frecuencia y más en detalle a los escritores varones: dos tercios de los libros reseñados son de autores varones. También los críticas son redactadas mayoritariamente por varones, en una proporción de cuatro a tres. Tres cuartos de todas las obras reseñadas por hombres son de autores varones. Las mujeres, por su parte, tienden a reseñar obras de autoras y autores con una frecuencia parecida.

Pero es en la literatura policial donde esa diferencia, que puede observarse en todos los géneros, es más grande: aquí de cinco autores reseñados sólo uno es mujer. Zoë Beck saca una conclusión amarga: "Sólo la literatura infantil y juvenil aparece como un género donde hay equilibrio; los géneros percibidos como intelectuales o "masculinos", tal es el caso del ensayo o la literatura policial, están acaparados por escritores y críticos varones."^

¿Femenino = luminoso entretenimiento, masculino = literatura existencial?

También la última ganadora del Deutscher Krimipreis (Premio Alemán de Literatura Policial), Simone Buchholz, distinguida por su novela Mexikoring, se manifestó después de la entrega del galardón sobre el sexismo reinante en el campo de la literatura policial: “Tengo admiración por mis dos colegas Matthias Wittekindt y Max Annas, todos hemos ganado, pero cuando mi libro es luminoso entretenimiento y los libros de los varones son 'literatura existencial' o 'radicalmente políticos', no puedo sino pensar: ¡Hombre, debe ser fantástico tener pene! ¿Por qué debemos menospreciar a todo lo que no tenga pene? Hace tanto tiempo que venimos hablando de este problema estructural, y sin embargo, debemos señalarlo una y otra vez, estoy cansada”.

Qué lindo debe ser tener pene... La escritora policial Simone Buchholz manifiesta su enojo por el sexismo persistente en la industria del libro. Qué lindo debe ser tener pene... La escritora policial Simone Buchholz manifiesta su enojo por el sexismo persistente en la industria del libro. | Foto: picture alliance/Christian Charisius/dpa El enojo es comprensible. Un consuelo sea tal vez el hecho de que en la 37º elección del libro y de la editorial del año que hacen los libreros alemanes, la escritora Dörte Hansen quedó en el primer lugar, seguida muy de cerca por Juli Zeh y Carmen Korn. La revista especializada Buchmarkt señaló que pronto se necesitaría una cuota masculina, sobre todo teniendo en cuenta que el éxito de las tres escritoras se expresó durante todo el año en altas cifras de ventas. En cuanto al efecto de la crítica, Buchholz y Beck pueden consolarse con el siguiente dato: aunque toda la crítica alemana –sin distinción de género– desaconsejó la compra de Stella, de Takis Würger, las compradoras y los compradores llevaron el libro a la lista de bestsellers. Una consigna podría ser: ¡Dejen que los críticos –con o sin pene– escriban, nosotros compramos lo que queremos!
 

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