Violencia contra las mujeres
“Ser víctima ya no es una mancha”

Tras el debate en torno al “No quiere decir no” en 2016, muchas mujeres se sienten afianzadas en su derecho a la autodeterminación sexual.
Tras el debate en torno al “No quiere decir no” en 2016, muchas mujeres se sienten afianzadas en su derecho a la autodeterminación sexual. | Foto: Christian Mang © imago

Desde hace décadas la jurista Monika Frommel se ocupa de la violencia contra las mujeres. A continuación habla sobre los casos típicos y cómo defenderse ante un ataque del propio compañero.

En los países de la Unión Europea, una de cada tres mujeres mayor de quince años ha sido alguna vez víctima de violencia sexual o física. Esto lo mostró un estudio realizado en 2014. Además, una de cada cinco de esas mujeres que sufrieron violencia ha sido atacada por su propio compañero. ¿Cuán frecuente es en Alemania la violencia contra las mujeres?
 
Monika Frommel Monika Frommel | Foto: © privada Hasta los años cincuenta la tasa era increíblemente alta. Sobre todo el número de violaciones… ¡extremadamente alto! En aquella época había doce casos por cada cien mil habitantes, hoy estamos en nueve. Y tengamos en cuenta que hoy se denuncian más violaciones que antes. Ser víctima ya no es una mancha. Nuestra cultura ha aprendido que los ataque sexuales son inaceptables. Por supuesto, a pesar de todo, cada tanto alguien se aprovecha de una mujer que está borracha, y sigue habiendo violencia dentro de las relaciones. Por otro lado, el número de ataques se ha reducido a la mitad, tanto en el caso de heridas corporales, en el que las víctimas son muchas veces varones, como en el de delitos sexuales, que afectan principalmente a las mujeres. Esto vale sobre todo para las grandes ciudades. La moral de la negociación, como yo la llamaría, se ha impuesto ampliamente en las relaciones, excluidas aquellas altamente problemáticas y en las que de por sí hay mucha violencia.
 
¿Qué formas de violencia se ponen en juego?

La franja es amplia. Existe la violencia doméstica en las relaciones de pareja: en ese ámbito familiar es donde las mujeres corren mayor peligro de ser golpeadas, violadas o humilladas. Incluso después de una separación para muchas mujeres el problema no se ha terminado. Se las sigue amenazando o se las acecha y se les causa terror psicológico. También hay violencia contra las mujeres cuando los varones ignoran el “no”. En el pasado, estos casos incluían violencia, pero también las mujeres se someten al abuso por otras razones. Por ejemplo, porque no quieren que los hijos se despierten con el alboroto que causaría una discusión. A mediados de 2016 hubo en Alemania un debate a partir de la consigna “No quiere decir no”, debate que, entre otras cosas, llevó a una modificación del derecho sexual. Según este principio, en el futuro se podrá castigar a quien fuerce a acciones sexuales ignorando la “manifiesta voluntad” de la víctima.

“No arrojar más leña al fuego”

¿Cuál es el mejor modo en que las mujeres pueden defenderse?

No me parece muy difícil resistir la violencia doméstica. En primer lugar, no le recomendaría a una mujer hacer una denuncia penal. La ley de protección contra la violencia es más adecuada para tales casos. La mujer afectada va al juzgado de primera instancia, allí le dan los formularios, incluso ayuda para los costos del proceso, y solicita que el tribunal inicie la procedimiento de protección. Entonces el varón tiene que abandonar la casa o cumplir ciertas obligaciones. Si no lo hace, se lo castigará.

¿Por qué es mejor esto que una acusación?

Porque tiene efectos en la relación, y son efectos inmediatos. El varón tiene que abandonar la casa aunque sea de él. Es una ley implacable cuya aplicación es increíblemente efectiva. La mujer no gana nada si después de una acusación el proceso no sigue. Por el contrario, la situación se agravará y podrá haber más violencia. Es como arrojar más leña al fuego.

También los varones pueden ser víctimas

¿Puede describir algún caso en el que sea difícil defenderse jurídicamente?

Por ejemplo, hay casos en los que la mujer tolera la relación sexual. Conoce al hombre y sabe que es una persona complicada y violenta. Entonces va a la policía pero la obtención de la prueba es muy difícil, pues en el contacto sexual que se realizó contra de la voluntad de la mujer no hubo violencia. Ella podría haberse escapado, podría haber dejado la casa o echar a su compañero, usando, por ejemplo, la ley de protección contra la violencia. Pero la mujer no la usa. Lamentablemente eso sucede a menudo. Precisamente en los delitos dentro de una relación, la obtención de la prueba es difícil. Ahí es la palabra de uno contra el otro, a menudo no se pueden ver heridas físicas.

También los varones son víctimas de violencia en Alemania.

Yo tuve un cliente que estuvo terriblemente asediado por una acosadora. Ella hasta se metió en su casa. Pero él no quiso proceder contra ella usando la ley de protección contra la violencia. En lugar de eso se mudó a un lugar desconocido. Hay una gran asimetría entre varones y mujeres al momento de realizar una denuncia. Los varones víctimas de violencia son mucho más reticentes a reaccionar con una denuncia o una acción ante un tribunal.
 

Nota biográfica

La jurista Monika Frommel fue directora del Departamento de Derecho Punitivo y Criminología de la Universidad de Kiel. Profesora emérita, es también coeditora de la revista Neue Kriminalpolitik y miembro del consejo consultivo de la revista Kritische Justiz.