Fake news
Cuando la mentira se convierte en verdad

Debido a las fake news, las personas pueden empezar a creer en otro tipo de noticias.
Foto: © M-SUR - Fotolia

Se dice que noticias falsas intencionales también manipulan la opinión pública en Alemania. No sólo participan en ello populistas de derecha, también los Estados. En estas condiciones, las elecciones parlamentarias se convierten en un desafío.

Una noticia falsa de la noche de Año Nuevo 2016/2017: se dijo que en Dortmund “una turba de 1000 hombres árabes” se reunieron frente a la Iglesia de San Reinaldo en el centro de la ciudad, la “iglesia más antigua de Alemania”. Gritaron “Alá es grande” y atacaron a oficiales de policía, según la noticia. Al final, supuestamente le prendieron fuego a la iglesia. Sólo que esta historia no es verdad: la iglesia –que sí es la más antigua de Dortmund, pero no de toda Alemania–, no se incendió. Una red que estaba sujeta a la iglesia por trabajos de mantenimiento se encendió debido a unos fuegos artificiales mal empleados. El fuego pudo ser extinguido con facilidad. Los bomberos y la policía hablaron de una noche de Año Nuevo “normal”.
 
Esta historia es un caso clásico de fake news, y fue divulgada por el portal de noticias estadounidense breitbart.com. Breitbart es la plataforma de la nueva extrema derecha en Estados Unidos. La historia se volvió viral, blogs y sitios conspirativos alemanes la tomaron como un supuesto ejemplo paradigmático de que los medios alemanes ocultan noticias.

Éste y muchos otros casos alarman a los políticos. Es demasiado obvio el intento por desacreditar el sistema estatal democrático en su totalidad. Partidos populistas de derecha esperan ganar adeptos por este medio, y que los ciudadanos pierdan la confianza en las instituciones estatales. Al parecer, los autócratas ven en las fake news un camino para desestabilizar a las democracias occidentales.

La influencia sobre la contienda electoral en Estados Unidos

Esto fue logrado con éxito en Estados Unidos. Los servicios secretos parten del hecho de que el gobierno ruso influyó de manera intencional las elecciones presidenciales, a favor del ahora presidente Donald Trump. En la versión en inglés del canal de televisión estatal ruso de propaganda “Russia Today”, durante la contienda electoral, abundaron las noticias falsas sobre la política interior de Estados Unidos.
 
Los servicios secretos de Estados Unidos le atribuyen al presidente ruso Vladimir Putin la responsabilidad de que, poco antes de las elecciones, se hayan hecho públicos en la plataforma “WikiLeaks” correos electrónicos de una cuenta hackeada al jefe de campaña de Hillary Clinton, John Podesta.

Las elecciones del Bundestag: el objetivo

En otoño de 2017 se elegirá a los nuevos miembros del Bundestag en Alemania. El director del Bundestag y presidente de la Agencia Federal de Seguridad, Dieter Sarreither, advirtió con urgencia en enero de 2017: “Los ciudadanos y los medios deben reaccionar de manera particularmente sensible a las noticias en estas elecciones. Deben saber que se están haciendo intentos por manipularlos.”
 
En la coalición gubernamental se está considerando hacer algo de orden legal contra las fake news. Se habla, por ejemplo, de un “Centro de Defensa contra la Desinformación”. Sin embargo, algunos consideran que esto implicaría instituir un Ministerio de la Verdad, y sería difícil de llevar a cabo en un país en el que la libertad de prensa está anclada en la Constitución. Otros quieren prohibir programas automatizados, que difunden estas noticias falsas en las redes sociales, conocidos como social bots. Pero también esto podría no conducir a nada, porque casi nunca es posible identificar a los autores de estos programas.

Árbitros de la verdad

Aunque Facebook no es el autor de las fake news, con sus más de 25 millones de usuarios en Alemania y 1.7 mil millones de usuarios en todo el mundo, sí es su mayor divulgador. El gobierno federal alemán quiere obligar de manera más rigurosa a la empresa a que quiten estas falsas noticias de la página. Hasta ahora, no ha tenido mucho éxito. El director de Facebook, Mark Zuckerberg, según sus propias declaraciones, prefiere apostarles a usuarios y periodistas bien informados que a “convertirse en árbitro de la verdad”. Como sea, se supone que en el futuro será más fácil reportar fake news.

 
Quizá podría ayudar también cortarles las fuentes de financiamiento a los sitios web de fake news. En Alemania Gerald Hensel trató de impulsar este debate con el hashtag de Twitter #keingeldfürrechts (#nadadedineroparaladerecha). Su objetivo era no apoyar con ingresos por publicidad a estas páginas web. Sin embargo, este debate se salió de control y Hensel fue amenazado de muerte. Pero en los operadores de las páginas web esta acción surgió un rápido efecto: ya se han reportado pérdidas económicas. Este sistema quizá podría tener más éxito que estar aprobando leyes nuevas todo el tiempo.

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