Medicina rural
Una enfermedad llamada abandono

Govezanos, barrio perteneciente a la parroquia de Bueres en el concejo de Caso situado a 800 metros de altura
Govezanos, barrio perteneciente a la parroquia de Bueres en el concejo de Caso situado a 800 metros de altura | © Lujó Semeyes

Mientras que en las ciudades se medicalizan procesos naturales como la menopausia, el duelo o la vejez, en las áreas rurales se reflexiona sobre cómo las condiciones de vida y el entorno influyen poderosamente en la salud de las personas.

De David Molina

En los centros de salud de los pueblos se atienden dolencias tan dispares como las de quienes viven en la ciudad. Aunque la imagen parezca la misma, la salud en el ámbito rural es muy diferente debido a elementos como la dispersión geográfica y el envejecimiento, algo que se explica mediante la baja natalidad y la migración en busca de oportunidades laborales. Mucho tienen que ver la falta de políticas públicas que impulsen el desarrollo económico, social y cultural de los pueblos, frente al crecimiento imparable de las ciudades.

España, Escocia y Finlandia cuentan con las zonas más despobladas del continente. Mientras que las dos últimas han aplicado políticas vanguardistas (Highlands and Islands Enterprise en Escocia y Arctic Smartness en el caso finlandés) con decenas de millones de inversión, España se sitúa a la cabeza de los desiertos demográficos de Europa sin que se apliquen programas similares, a pesar de los millones invertidos por parte de la Unión Europea en forma de fondos estructurales. Ya en el año 2016, Bruselas anunció la congelación de más de mil millones de fondos regionales a España por ‘deficiencias en la gestión y control de varios programas’.

El 95% de la población española vive en el 47 por ciento del territorio, lo que se traduce en que el 5 por ciento restante lo hace en el 53 por ciento del país. Es lo que popularmente se conoce como la España vacía, una tendencia que anticipa un país superpoblado en las costas y abandonado en su centro rural. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), dos de las comunidades más afectadas por este fenómeno son Asturias (98,15 habitantes por km2) y Castilla-La Mancha (25,8 habitantes por km2). En Madrid, el mismo dato asciende a los 801,38.

LA IMPORTANCIA DE LOS DETERMINANTES SOCIALES

Luis José Vigil trabaja en el área de salud de Caso y Sobreescobio, los concejos que integran el parque natural de Redes, en la zona montañosa suroriental de Asturias. Este enfermero reconoce que lo más satisfactorio es el contacto estrecho con la gente. “Trabajamos con mayores que lo que más necesitan es comunicarse”, indica. Las dificultades orográficas y climatológicas se sitúan en el otro lado de la balanza.

Tutorizados por él, un grupo de residentes sanitarios de distintas zonas de España realizó un diagnóstico de salud para profundizar en el ámbito comunitario. Se consume más alcohol porque no hay formas de ocio alternativas a los bares, se potencia el aislamiento por el déficit de transporte público y se fomenta el sobrepeso cuando lo único que encuentran los niños en el recreo son alimentos poco saludables.

Rioseco, capital del concejo asturiano de Sobrescobio
Rioseco, capital del concejo asturiano de Sobrescobio | © Lujó Semeyes
Por otra parte, las nuevas tecnologías se ven como una gran aliada. “Nos están cambiando los equipos para poder hacer videollamadas, y eso nos va a ayudar bastante”, anticipa Vigil. La telemedicina lleva años funcionando en Canadá y en algunos estados americanos. En comunidades autónomas como el Principado de Asturias, la dermatología es una de las especialidades más avanzadas en este sentido, con profesionales que orientan a través de fotografías.

Cudillero es uno de los pueblos más envejecidos de Asturias. Lo que los turistas no ven al contemplar la preciosa estampa de casas de colores escalonadas son las barreras arquitectónicas que implican para los ancianos. Belén García lleva una década trabajando como médica de familia de las 1300 personas que viven tanto en la zona urbana de este pueblo marinero como en su área rural. “Cuando surge una urgencia domiciliaria tengo que suspender la consulta”, asegura.

A esta doctora no le cuesta encontrar diferencias en la percepción de la Atención Primaria en zonas urbanas y rurales: “En los pueblos se acude a la consulta para no tener que ir al hospital, mientras que en la ciudad nos ven como un inconveniente para acceder a él”. Desde el centro de salud en el que García trabaja hasta el Hospital San Agustín de Avilés hay 28 kilómetros, lo que se traduce en unos 25 minutos de trayecto en vehículo. Esta distancia se amplía hasta los 42 kilómetros desde Ballota, una de las ocho parroquias rurales que forman parte del concejo del que es capital Cudillero.

Ante el abuso de recetas, no duda: “Nos hemos acostumbrado a que todo los solucione un medicamento. Ni podemos confundir depresión con tristeza, ni medicalizar el envejecimiento natural. La medicina es necesaria, pero las condiciones de vida lo son todo”, a lo que añade que “los vecinos de los pueblos viven mucho más cerca del suelo y de la naturaleza que los de las ciudades, lo que ayuda a que se tengan más claras las distintas etapas de la vida y lo que ello supone”.

Acortar las distancias para alargar la vida

En Belvís de la Jara (Toledo), su alcalde, José Carlos Martínez, nos cuenta que “los médicos acaban siendo un miembro más de la familia. Son capaces de recordar lo que le pasa a cada paciente sólo con su nombre”. Castilla-La Mancha se ha convertido en la segunda comunidad con más municipios sin menores de 20 años.

“Tenemos un centro médico comarcal que atiende a los 3500 vecinos de Alcaudete de la Jara, Aldeanueva de Barbarroya y Belvís de la Jara. En él trabajan dos médicos de forma permanente”, explica. Este centro se creó para desvincularse del hospital de Talavera, hasta donde los vecinos tenían que recorrer más de 60 kilómetros para ver a un especialista. “En caso de que se requiera un ingreso, tenemos una unidad móvil y hasta un helipuerto”, servicios que Martínez valora de forma positiva.

A los pueblos también ha llegado el virus del que todo el mundo habla. Aunque en los lugares mencionados la incidencia es mínima, la labor de concienciación ha sido básica para recordar que aunque en la televisión siempre salgan las ciudades, el coronavirus también está en sus calles. Quién lo iba a decir, a los pueblos españoles ha llegado antes una pandemia que un plan efectivo para hacer frente a la desigualdad entre el medio rural y las ciudades. Mejorar las condiciones sociales, económicas, políticas, ambientales, culturales, educativas, geográficas y sanitarias es clave. Todas ellas definen la salud.

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