Idiomas y tecnología  Cómo la inteligencia artificial puede ayudar a conservar lenguas en riesgo de desaparición

Maasai-Stammesangehörige im Masai Mara National Reserve, Kenia Foto: Jack Carter / Unsplash

Cada vez hay más iniciativas de conservación de lenguas, basadas en Inteligencia Artificial. Los investigadores argumentan que, aunque ese método no logra captar la esencia de una lengua, puede ser un factor decisivo en la conservación en medio de lo que se considera globalmente una catástrofe lingüística.

Cristina Calderón, chilena de noventa y dos años, es la última hablante de la lengua yamana, que desde hace miles de años hablaban los indios sudamericanos yagan. Hasta 2005 podía hablar el idioma con su hermana, pero después de la muerte de esta, ya no hay nadie con quien pueda hablarlo. Aunque Cristina no es la única persona del pueblo yagan que domina la lengua, ya en una antigua entrevista dejó ver que las nuevas generaciones evitan la lengua y prefieren idiomas que consideran modernos. Cristina, el único archivo viviente de la lengua y la cultura yagan teme que junto con ella muera el idioma.

A miles de kilómetros de distancia, en la región del Valle de Rift agoniza yakunte, una lengua de la tribu de los yaaku, rama secundaria de la comunidad massai. Hoy hablan yakunte menos de siete personas, todas mayores de setenta años. La generación más joven se identifica con la cultura y la lengua de los massai, que tiene mayor difusión. Yakunte es una de las siente lenguas indígenas de Kenia que la UNESCO considera ya desaparecidas.

El Atlas de las lenguas del mundo en peligro de desaparición, de la UNESCO, estima que al menos el 43% de las 6000 lenguas que se hablan en el mundo están amenazadas o a punto de desaparecer. Cada dos semanas muere un idioma de una minoría. Otros informes confirman lo que los investigadores y lingüistas describen como un fenómeno preocupante para la conservación de culturas y tradiciones que a lo largo de los años han significado la diversidad de la humanidad.

Frente a esta amenaza, las Naciones Unidas declararon 2019 el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, con el objetivo de resaltar la necesidad de conservar la herencia cultural: “A través de la lengua los seres humanos conservan la historia, las costumbres, las tradiciones y la memoria, así como formas de pensar únicas, significaciones y expresiones de sus comunidades. Y con la lengua las personas construyen su futuro. La lengua es decisiva para campos como la defensa de los derechos humanos, la consolidación de la paz, la reconciliación y el desarrollo sustentable”, se declara en la página web de la UNESCO.
  Cristina Calderón es la única hablante superviviente de la lengua autóctona yamana | © Ridinghood, Alamy Stock Photo Cristina Calderón es la única hablante superviviente de la lengua autóctona yamana | © Ridinghood, Alamy Stock Photo Se acusa de la desaparición de las lenguas a la globalización y a la tecnología. Se estima que casi la mitad de los contenidos online están en inglés o chino, algo que deja poco espacio para introducir otras lenguas en el mundo digital.

“La lengua es la piedra angular y el eje de cada cultura y de la identidad de cada individuo”, explica Harry Kiema de la Facultad de Lingüística e Idiomas de la Universidad de Nairobi. Es la definición de la humanidad y de todo lo cercano a ella. La conservación de una cultura se transmite oralmente a través de las generaciones mediante la lengua. Por eso la pérdida de cualquier lengua, sin importar cuántos la hablen, debería ser causa de preocupación. El mundo y la diversidad, tal como los conocemos, son posibles gracias a la mezcla de culturas y lenguas.”

Pero la misma tecnología que es criticada por ser parte de la pobreza lingüística, ahora recibe felicitaciones por su papel en la salvación de las lenguas indígenas. Se elogia la Inteligencia Artificial, la IA, como remedio milagroso que analiza sin cesar los desafíos de la traducción y de la conservación de lenguas. Con ayuda del aprendizaje automático, la tecnología demostró ser efectiva para procesar y almacenar datos con una velocidad notable al mismo tiempo que reconoce modelos y puede producir modelos nuevos.

Por esta vía la Inteligencia Artificial garantiza que las lenguas en peligro de desaparición sean accesibles trabajando con las diferencias que podrían aparecen en la traducción de esas lenguas.

El idioma svano, de Georgia oriental, se considera en peligro de desaparición. El idioma svano, de Georgia oriental, se considera en peligro de desaparición. | Crédito: Zoltan Tasi / UnsplashMultinationale Empresas multinacionales hicieron grandes inversiones en este campo porque son conscientes del papel central de la lengua en la vida humana. Por ejemplo, Microsoft administra el Microsoft Translator Hub, una plataforma que les permite a las comunidades e instituciones usar los sistemas neuronales de texto y traducción para desarrollar sus propias herramientas de traducción.

También Google trabaja con desarrolladores e instituciones para, con ayuda de plataformas de IA abiertas como TensorFlow, desarrollar módulos únicos de traducción que significan un ahorro de millones de horas de transcripción.

El innovador nigeriano Gabriel Emmanuel desarrolló una plataforma de IA, llamada OBTranslate, que aspira a eliminar barreras de la comunicación traduciendo 2000 lenguas africanas y al mismo tiempo las conserva para la posteridad.

“Para esta iniciativa me inspiraron la riqueza cultural y las múltiples lenguas de África”, explicó Emmanuel a FairPlanet en una entrevista. “En África hay más de 2000 lenguas en 54 países, 63% de toda la población subsahariana vive en zonas rurales y en esas regiones se hablan más de 2000 lenguas”.

“Además, en África hay más de 52 lenguas indígenas que ya murieron, que ya no tienen hablantes nativos o descendientes que las hablen. Como joven inventor en el campo de las tecnologías de información y comunicación y de la robótico estoy convencido de que el desarrollo de innovaciones [robots] para la solución de problemas locales no debería estar limitada al inglés.”

El Centro de Excelencia de Dinámica del Lenguaje ARC (ARC Centre of Excellence for the Dynamics of Language, CoEDL), una institución australiana cuya meta es conservar las lenguas en peligro del continente, desarrolló un robot llamado Opie que opera con la plataforma abierta de IA y enseña a los niños lenguas indígenas por medio de clases, historias y juegos. El robot observa y registra las capacidades de aprendizaje de los niños para que los maestros puedan evaluar sus progresos.
Sin necesidad de palabras: un hongi, saludo tradicional maorí Sin necesidad de palabras: un hongi, saludo tradicional maorí | © Gary Blake / Alamy Stock Photo En nueva Zelanda, el estudiante Jason Lovell, a quien le costaba aprender la lengua indígena maorí, desarrollo un chatbot de Facebook que con ayuda de la IA entiende y responde mensajes en maorí y en inglés. Lovell se interesa por nuevos métodos para conservar su lengua indígena y compartirla con el mundo entero, por eso ahora espera mejorar el chatbot para poder procesar la lengua oral.

Cada vez hay más iniciativas de conservación de lenguas, basadas en Inteligencia Artificial. Los investigadores argumentan que, aunque ese método no logra captar la esencia de una lengua, puede resultar un factor decisivo en la conservación en medio de lo que se considera globalmente una catástrofe lingüística.

“Cuando se aplica la tecnología a la conservación de lenguas indígenas surgen desafíos desde el principio, porque la mayoría de estos idiomas mezclan la lengua hablada y la escrita”, explica Harry Kiema. “La pronunciación, la dicción o la expresión facial no se pueden captar totalmente ni siquiera con la tecnología más moderna. Por eso es inevitable que en la traducción algunos sentidos se pierdan. A pesar de todo, resulta un gran paso la conservación de determinados aspectos en archivos digitales que no pueden ser borrados.”

Este artículo se publicó originalmente en noviembre de 2020 en la página web de FairPlanet , una empresa social que tiene por objetivo promover los derechos humanos, proteger nuestra biósfera y apoyar desarrollos sustentables en todo el mundo.

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