Abuelas de Plaza de Mayo, Argentina  La Memoria entre el sol y las tinieblas

Performance "La memoria futura_Las voces de las Abuelas”, 21 de septiembre de 2023, Parque de la Memoria de Buenos Aires.
Performance "La memoria futura_Las voces de las Abuelas”, 21 de septiembre de 2023, Parque de la Memoria de Buenos Aires. © Matías Gutiérrez & Natalia Marcantoni.

En Buenos Aires y Berlín se presentó una performance dedicada al Archivo Biográfico Familiar de la organización argentina Abuelas de Plaza de Mayo. Desde hace décadas, la organización de derechos humanos busca a las hijas y los hijos de las personas desaparecidas por la última dictadura militar en Argentina. La performance le dio voz a las víctimas, a la memoria y, en cierto modo, también a la esperanza.

Una mujer que busca a su hijo desaparecido y a un nieto que no conoce anota preguntas en un cuaderno: ¿Dónde duermen? ¿Quiénes los cuidan? ¿Se podrán bañar? ¿Qué hacen cuando tienen frío? Un pájaro vuela cerca de la actriz que interpreta a esa mujer, Delia Giovanola (1926-2022). Giovanola fue una de las doce fundadoras de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, la organización de derechos humanos argentina que busca recuperar la identidad de los hijos de los detenidos-desaparecidos nacidos en cautiverio durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983). Esta dictadura fue responsable de la desaparición de 30.000 personas. En septiembre de 2023, la obra performática La memoria futura_Las voces de las Abuelas presentó por primera vez una parte del material del Archivo Biográfico Familiar de las Abuelas de Plaza de Mayo en el Parque de la Memoria de Buenos Aires. Una versión de la performance en alemán y español se presentó en octubre en el Ballhaus Ost de Berlín, espacio dedicado al teatro independiente.

La performance –que está centrada en la historia de ocho Abuelas de Plaza de Mayo: Josefina Fracchia, Delia Giovanola, Petrona Izaguirre, Rosalía Muñoz, Buscarita Roa, Irma Ramacciotti, Sonia Torres y Elsa Sánchez– propuso cuatro recorridos simultáneos en el Parque de la Memoria, monumento a las víctimas del Terrorismo de Estado ubicado frente al Río de la Plata, en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires. La memoria futura_Las voces de las Abuelas surge de una iniciativa de Abuelas y el Goethe-Institut Buenos Aires, con el respaldo del Fondo Internacional de Coproducción del Goethe-Institut. La obra fue concebida y dirigida por Luciana Mastromauro, quien también estuvo a cargo de la dramaturgia junto a Eugenia Pérez Tomas. El dramaturgista alemán Aljoscha Begrich colaboró con la obra, así como también las integrantes del Archivo Biográfico Familiar, Marisa Salton y Daniela Drucaroff.

Las actrices Florencia Bergallo, Gaby Ferrero, Karina Frau, Juliana Muras, Andrea Nussembaum, Susana Pampín, María Inés Sancerni y Frida Jazmín Vigliecca narraron las historias de las Abuelas mientras caminaban. Fue como si la memoria subiera de los pies hasta los labios para expresar palabras en las que el horror asedia por partida doble: estas mujeres que sufrieron el secuestro y desaparición de sus hijos también tuvieron que salir a buscar a sus nietos, “botín de guerra” de los militares. Las actrices Gabriela Turano y Judith Seither participaron en la versión de la performance en Berlín.

Testimonios de Abuelas para nietas y nietos desconocidos

Abuelas de Plaza de Mayo es una asociación civil creada en 1977 por las madres de los desaparecidos con el fin de buscar a los niños que fueron apropiados por la dictadura militar y que hoy son adultos de más de 45 años. Desde entonces, la organización ha logrado recobrar la identidad de 133 nietos. Se estima que hay un total de 500 hijas e hijos de personas desaparecidas de quienes aún no se sabe quiénes fueron sus padres biológicos. En 1998, las Abuelas decidieron impulsar el Archivo Biográfico Familiar. Entonces grabaron sus testimonios para los nietos que aún no habían encontrado, para que éstos pudieran saber quiénes fueron sus madres y padres. Este Achivo, uno de los archivos orales más grandes de América Latina, está compuesto por documentos (fotos, escritos, cartas) y más de 2.200 entrevistas. 144 son entrevistas a las Abuelas que ofrecieron su historia para que la transmisión generacional no fuera interrumpida. El material, que tenía como único destinatario a las nietas y los nietos que fueron apropiados, se comparte ahora por primera vez con el público.

La actriz Juliana Muras puso su cuerpo y su voz al servicio de la historia de Delia Giovanola, una mujer que fue maestra, directora de escuela y bibliotecaria, y que tuvo a su único hijo, Jorge Ogando, el 28 de noviembre de 1947. De niño –como recordó Muras en uno de los momentos del recorrido por el Parque de la Memoria–, Jorge fue “un chico feliz” que vivía trepado a los árboles. Más tarde trabajó en el Banco Provincia, se casó con Stella Maris Montesano y tuvo a su primera hija, Virginia, en 1973. La pareja estaba vinculada de manera periférica al Partido Revolucionario de los Trabajadores. Jorge y Stella fueron secuestrados en su casa en La Plata el 16 de octubre de 1976. Stella estaba en el octavo mes de embarazo. Por testimonios de sobrevivientes se sabe que en el Pozo de Banfield –centro clandestino de detención, tortura y exterminio–, el 5 de diciembre de 1976, acostada sobre una chapa de metal, Stella dio a luz a un bebé al que llamó Martín. “El cordón umbilical es lo único que mi hijo vio de su hijo”, dijo Delia. Su nieta Virginia también buscó intensamente a su hermano, pero no pudo superar una profunda depresión y se suicidó en 2011 sin conocerlo. Delia, en cambio, pudo encontrar y abrazar a su nieto Martín en 2015.
 

“La novela de ciencia ficción más terrible”

La actriz Susana Pampín reconstruyó los hilos de vida de Estela Sánchez (1925-2015), la esposa del escritor Héctor Germán Oesterheld, autor de El Eternauta. Esta historieta narra una invasión de extraterrestres en Buenos Aires, y se publicó en alemán por avant-verlag en 2016. “Elsita, conocerte me dio suerte”, le decía Héctor, con quien Elsa tuvo cuatro hijas: Estela, Diana, Beatriz y Marina. A su casa en la ciudad argentina de Béccar iba el historietista italiano Hugo Pratt, conocido por sus historietas de Corto Maltés. También la frecuentaba el escritor Jorge Luis Borges.

Las hijas de Elsa y Héctor se incorporaron a la Juventud Peronista y luego al movimiento Montoneros. Héctor también empezó a militar. En menos de un año fueron todos secuestrados y asesinados. Primero Beatriz, después Diana y finalmente Héctor, Marina y Estela, asesinada junto a su marido Raúl Mórtola. Diana estaba embarazada de seis meses, Marina estaba en el octavo mes de embarazo.

“En nuestra casa se gestó la novela de ciencia ficción más terrible que jamás cerebro alguno pudo crear: la destrucción y degradación de toda una familia”, afirma Pampín en la performance. Elsa, que integró la Comisión Directiva de las Abuelas de Plaza de Mayo, nunca supo nada de esos dos nietos o nietas que debieron nacer durante el cautiverio de sus madres.

El agua del Río de la Plata fue testigo de los “vuelos de la muerte”, un método de exterminio que consistía en arrojar personas vivas en estado de somnolencia al mar o al río desde aeronaves militares. Así se hacía desaparecer los cadáveres y las pruebas de los crímenes. Elsa fue una Abuela optimista que estaba convencida de que “el mundo es una maravilla” y que a pesar del espanto y el horror “el ser humano sigue siendo admirable”.

En un momento de la performance, entre las nubes se asomó un fugaz destello solar. Los cuatro recorridos desembocaron en un mismo final. Como un coro griego que canta al unísono, las voces de las ocho actrices dijeron, rompiendo el mar helado que todos llevamos adentro: “Yo creo que un hijo nunca muere. Una lo lleva siempre con una. Todos los días de mi vida”, dijo una de las madres y abuelas. Una frase condensa la lucha de todos estos años: “La memoria es como el tiempo, a veces sale el sol, a veces está nublado. Yo no me voy a mover de acá, voy a buscar, ¿qué otra cosa puedo hacer?”.

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