Logros pioneros de la movilidad   ¿Qué visiones nos impulsan al futuro?

En el principio de todos los logros pioneros de la movilidad hay una megalomanía. De Fernando de Magallanes a Bertha Benz, de Charles Lindbergh a Juri Gagarin, todos se lanzaron a lo incierto, al riesgo, siguieron una visión. Y así causaron risa o asombro. Pero descubrieron mundos nuevos, caminos nuevos y formas nuevas de moverse. De este modo volvieron a la Tierra más comprensible pero también más pequeña.

Las tempranas travesías de los pioneros tenían como meta dar la vuelta al mundo o romper récords de velocidad. Charles Lindbergh voló solo sin parada por el Atlántico, Bertha Benz se animó a hacer el primer viaje de larga distancia en automóvil. Como otros antes y después que ellos, allanaron el camino para nuevas técnicas y modalidades de traslado. Pero ¿qué otros logros pioneros de la movilidad necesita el siglo XXI? Hoy el mundo está a disposición como un paquete de viaje con todo incluido y hemos llegado a una situación en la que el punto ciego del mapa no es la carencia de una renovación tecnológica sino nuestro abordaje y comprensión de la movilidad.

Nuestros debates sobre la movilidad urbana y rural necesitan sobre todo un cambio de perspectiva. Pues la libertad de movimiento comienza en nuestras cabezas. Un puesto de estacionamiento normal en Alemania mide casi doce metros cuadrados, la habitación de un niño no llega a los diez. Es decir que debemos poner primero como objeto de debate no la cuestión técnica sino la de las prioridades. ¿Qué queremos para el espacio que nos rodea? ¿Cómo lo usamos? ¿Qué necesidades sociales son probablemente más importantes que un nuevo estacionamiento? Queremos avivar el debate, hacerlo público, concientizar.

Innovación mediante la intervención

Sin embargo, muchas veces el tema de la comunicación queda relegado. Por supuesto, los nuevos conceptos de movilidad necesitan un abordaje urbanístico y de viabilidad técnica. Pero sobre todo se trata de la innovación social y esta sólo puede transmitirse a través de la comunicación. Si ha de tener lugar un cambio de pensamiento, no alcanzará con garantizar más comodidad en la reserva de un auto compartido. Tenemos que desplegar visiones positivas que nos motiven a cambiar nuestra conducta. Los conceptos comunicacionales no son un nudo con que se ata el debate una vez concluido. Lo que se requiere no es una campaña de afiches en la autopista sino una intervención efectiva y un discurso verdadero, que son los fundamentos de un cambio de perspectiva. De otro modo, se seguirán usando los autos privados para el viaje al trabajo, los centros de las ciudades seguirán siendo zonas ruidosas, peligrosas y carentes de movimiento y la bicicleta seguirá siendo, para muchas personas, una diversión de fin de semana. Las visiones son otra cosa, son más verdes, tranquilas, libres, sociales y sustentables.

En un laboratorio de ideas convocado por el Centro Federal de Excelencia en Cultura y Economía Creativa los miembros de la Identitätsstiftung nos animamos a poner en escena esas utopías de la movilidad No buscamos la movilidad en la e-mobiltiy o en los coches autónomos. Hemos iniciado travesías pioneras que causaron risa y asombro pero también abrieron mentes a movimientos que un momento antes parecían absurdos.

Enviamos a nuestros agentes, los “movilautas”, a un moderno viaje educativo por Alemania para que abandonen la propia burbuja. Por ejemplo, instalaron un asiento elevado en un cruce de mucho tránsito e invitaron a los peatones a un cambio de perspectiva. O diseñaron una bicicleta que hace tanto ruido como un auto. Y así volvimos palpables los números y los hechos. De todos modos, no son estos los que producen un cambio de conducta. No es la razón sino la imaginación la que nos lleva a actuar de modo distinto, nos da estímulo y hace las visiones algo vivo y digno de alcanzar

Nuevas formas de la transmisión de movilidad

Podemos resumir en un pensamiento principal todas las ideas motivadoras derivadas de nuestros experimentos, escenificaciones e intervenciones: lo que necesitamos en Alemania es repensar desde la raíz la forma y la programática de la transmisión de la movilidad y su enseñanza. Lo que nos habilita para participar de la vida móvil no es la licencia de conducir sino una postura esclarecida respecto a todas las formas de movilidad. Nuestra idea: la movilidad urbana y rural se transformarán en el futuro y así también diferentes serán los desafíos de quienes participan en el tránsito. El carnet de conducir será una reliquia de días pasados. En el futuro tendremos el “pase de movilauta”, que todos obtendrán a los doce años, después de recibir una introducción. El pase será gratis, pero será obligatorio renovarlo a lo sumo cada cuatro años. Abarcará temas como ética, sociedad y sustentabilidad así como el uso concreto de diferentes formas de la movilidad y un viaje de formación para jóvenes. Pues nos movemos en un campo dinámico que evoluciona constantemente y sólo puede vivirse en un debate continuo.

 

abril 2019