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“Aquí me transformé en un lector desenfrenado“

Una forma de vida, una especie de laberinto: Harald S. en la Biblioteca Nacional de Berlín |
Una forma de vida, una especie de laberinto: Harald S. en la Biblioteca Nacional de Berlín | | Foto (Detalle): © Susanne Gupta

Harald S. estudió Humanidades. En 1985 se perdió una vez en la Biblioteca Nacional de Berlín en Potsdamer Platz. Una odisea con consecuencias. Desde entonces, se dedica a hurgar entre lo insólito y a explora lo inútil.

 

A mitad de los ochenta deambulé por primera vez por aquí. La biblioteca estaba vacía, solo en época de exámenes venían los estudiantes masivamente a estudiar. En ese tiempo yo estaba comenzando mi tesis de doctorado y el lugar se prestaba para disciplinarse en el trabajo. Entrar era fácil: no había torniquete, ni credencial, ni pago. La sala de lectura podía usarse sin mayores requisitos, lo mismo que los libros, siempre y cuando se consultaran dentro de la biblioteca. Recién muchos años después tuve una credencial. Al principio de los noventa, tras la caída del muro, ya desde temprano había un grupo de personas esperando en la entrada. Cuando se abrían las puertas, era una verdadera carrera por encontrar un lugar disponible. Ahora, nuevamente ha vuelto a ser tranquila. 


Entrada principal a la Biblioteca Nacional de Berlín en la Potsdamer Straße 33. | Entrada principal a la Biblioteca Nacional de Berlín en la Potsdamer Straße 33. | | Foto (Detalle): © Susanne Gupta Yo paso aquí tres o cuatro días a la semana. Mientras estoy acá, no sigo más reglas que mi propio ritmo: voy a recoger los libros con los que estoy trabajando, busco una mesa libre. Como prefiero usar lápiz y papel, me siento en el pequeño sector donde no están permitidos los notebooks, casi siempre rodeado de abogados con sus mamotretos encuadernados en rojo. Una vez en mi lugar, saco mi manuscrito, coloco los libros y me voy al computador a leer mails o diarios. Y en eso sigo, sin apuro, hasta que comienzo a escribir.

Un lugar tranquilo: la mesa de trabajo de Harald S. | Un lugar tranquilo: la mesa de trabajo de Harald S. | | Foto (Detalle): © Susanne Gupta Para los visitantes empedernidos de las bibliotecas, este no es un lugar al que se viene a cumplir con una tarea específica, es una forma de vida, una especie de laberinto cuya salida sigo sin encontrar incluso después de 32 años. La biblioteca es un archivo con muchos libros y documentos, aquí me puedo dejar llevar o tomar una bifurcación inesperada. Ahí radica su encanto. A veces una nota al pie de página o una referencia en un texto son el inicio de un viaje que tras diversos vericuetos me lleva a un libro determinado. Imaginación, sueños, eso es lo importante y no tanto la historia que encierra este lugar.

Sala de consultas de Sociología | Sala de consultas de Sociología | | Foto (Detalle): © Susanne Gupta Uno de mis hobbies es la pintura erudita china, allí encuentro a menudo cosas que me interesan y me he leído los tratados correspondientes. Erudición suena patético. Pero para mí no se trata de un fin en sí mismo, sino más bien de una fuente inspiradora para plantearme nuevos problemas, para alimentar la curiosidad.

Yo no soy una persona casera, el lugar donde vivo me tiene sin cuidado, mi departamento tiene un depósito de libros y una cama. Lo ideal sería vivir en un hotel. Pero no es posible. Aquí tengo la literatura que necesito, a pesar de que como en todas las bibliotecas, he descubierto algunos vacíos. Pero considerando que aquí hay varios millones de libros, no temo quedarme sin lectura.

Espacio y amplitud: la galería de la Biblioteca Nacional | Espacio y amplitud: la galería de la Biblioteca Nacional | | Foto (Detalle): © Susanne Gupta La digitalización aún no se ha apoderado por completo de las bibliotecas: Yo prefiero los libros impresos, pero también puedo utilizar medios electrónicos. Quizá sea una cuestión de edad escoger leer la Política de Platón o la Fenomenología de Hegel en la pantalla en vez de hacerlo en el papel.  Yo no abro los libros necesariamente por el principio, a veces los abro por atrás para mirar las notas y la bibliografía. Yo le doy valor a lo háptico, de la misma manera que me interesa, por ejemplo, la tipografía. Las pantallas me resultan demasiado lisas. No ofrecen ningún tipo de resistencia, no tienen asperezas ni rugosidades que pongan en marcha el pensamiento.

Ventana de la planta baja con vista al Kulturforum, detrás de la Filarmónica de Berlín | Ventana de la planta baja con vista al Kulturforum, detrás de la Filarmónica de Berlín | | Foto (Detalle): © Susanne Gupta

Harald S. (1959) huyó desde la provincia a la “cuidad del muro” para estudiar Humanidades en Universidad Libre de Berlín. Actualmente, trabaja como periodista y docente en diferentes universidades. 
La Biblioteca Nacional de Berlín – Fundación para el patrimonio cultural prusiano es la mayor biblioteca científica universal de Alemania. Su catálogo central reúne, entre otros, alrededor de 11 millones de libros, numerosas colecciones especiales, legados y autógrafos. La biblioteca tiene dos sedes: Una en el bulevar Unter den Linden en el barrio de Berlin-Mitte y la otra en el Kulturforum en la Potsdamer Straße en el barrio de Berlin-Tiergarten. Esta última, es un edificio moderno construido en 1978 y diseñado por el arquitecto Hans Scharoun.

 

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