Canal contra inundaciones, patio escolar y “pasaje bajo el puente”: un recorrido por los graffiti de Dresde

Si un visitante le pregunta a un nativo de Dresde dónde se encuentra la zona de los graffiti, lo más seguro es que éste lo remita a la Neustadt o “ciudad nueva”, un barrio hipster con tiendas alternativas, patios interiores y antiguos edificios en su estado original. Pero las cuadrillas de grafiteros (crews) conocidas por la calidad estética de sus obras, como los Bandits o los BSX, necesitan espacios más amplios y territorios más tranquilos.

Debido a que muchos lugares de antiguas zonas industriales próximas al centro idóneos para graffiti están siendo demolidos, los rociadores se han desplazado a la periferia de la ciudad y sus aledaños. Pero el ayuntamiento de la ciudad se ha interesado por esta manifestación de la subcultura juvenil y quiere rescatarla de la clandestinidad. Está creando ofertas legales para la escena de grafiteros profesionales con el fin de insertar sus obras en los procesos de remodelación urbana y hacer que éstas formen parte del rostro de la ciudad.

El centro cultural de jóvenes “Spike Dresden” se ha ganado un nombre como promotor de la creación de las llamadas legal plains (“zonas legales”). Aquí rociadores prestigiosos han asumido el papel de curadores: integrándose a las tareas del centro de jóvenes, incorporan a sus protegidos a los grandes proyectos que les asigna la ciudad.

Tras la reunificación de Alemania, el hip-hop y el breakdance se han convertido en un elemento esencial de la nueva subcultura juvenil, la cual está muy ligada a la escena grafitera. Cambios urbanísticos, fábricas paralizadas y solares vacíos han contribuido a establecer en Dresde una vigorosa escena de los graffiti.

Las diez estaciones