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Así podría verse la ciudad del futuro
Así podría verse la ciudad del futuro | © Fraunhofer IAO

En ciudades como Braunschweig, Londres o Santiago de Chile, investigadores alemanes buscan soluciones “inteligentes” para la ciudad del futuro.

Una ciudad se convierte en un laboratorio de transporte. Así rezaban los titulares en julio de 2014, cuando se inauguró en la ciudad alemana de Braunschweig el centro de investigación a gran escala Plataforma de Aplicación de Movilidad Inteligente (AIM, por sus siglas en alemán), del Centro Aeroespacial Alemán. Desde entonces, en el centro se analiza por ejemplo el comportamiento de los coches y los ciclistas, con el objetivo de desarrollar los llamados sistemas de asistencia al conductor, que pueden lograr que el transporte por carretera sea más seguro y más eficiente. Muchas ciudades podrían sacar provecho de estos estudios, ya que la congestión y los accidentes producen caos de tráfico en numerosas capitales de todo el mundo. Científicos, ingenieros y políticos trabajan intensamente para encontrar soluciones tecnológicas “inteligentes” a estos problemas.

Un estudio del proveedor de datos de tráfico Inrix muestra cuán altos son los tiempos de congestión en las ciudades alemanas. En Colonia, los automovilistas perdieron en 2014 hasta 65 horas en atascos, en Stuttgart 64 y en Karlsruhe 63 horas. En Londres, los automovilistas tuvieron que soportar incluso 96 horas en atascos. Y si creemos en un cálculo reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, según el cual el tráfico mundial de automóviles se duplicará hasta el año 2050, la situación en el futuro será aún más dramática. Sin embargo, el tiempo perdido en atascos no es el único problema para el cual la ciencia busca soluciones. El contenido de dióxido de carbono en el aire es cada vez mayor y el alto gasto de energía y recursos: también para estos problemas se necesitan respuestas “inteligentes”.

Ciudad inteligente o ciudad ecológica

Como conceptos alternativos a “ciudad inteligente” se usan también la ciudad “del futuro”, “de mañana” o la “eco-ciudad”. El Instituto Fraunhofer para Sistemas Abiertos de Comunicación, FOKUS, que trabaja desde hace varios años en soluciones inteligentes, define aquel tipo de ciudad como “una ciudad informada, interconectada, móvil, segura y sostenible”. Y en una agenda de investigación del gobierno federal alemán, sobre el tema “Ciudad del futuro”, se habla de una “ciudad sin emisiones de CO2, con eficiencia energética y un clima adaptado”.

El hecho de que uno se enfoque en las ciudades a la hora de formular preguntas urgentes sobre el futuro, es algo comprensible. Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, y para el año 2050 será por lo menos un 70%. Además, tres cuartas partes de la energía se consumen en las ciudades, y ellas producen 70% de los gases de efecto invernadero. También para esta amenaza se buscan soluciones. Un ejemplo es “InnovationCity Ruhr”, un proyecto de investigación interdisciplinario que se ha fijado el objetivo de reducir a la mitad el consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono en la ciudad de Bottrop, en Renania del Norte-Westfalia, hasta 2020, a través de un “desarrollo urbano respetuoso del clima”.

La ciudad como laboratorio

La reconstrucción de la ciudad de forma respetuosa con el clima se prueba inicialmente en una “zona piloto” con 67.000 habitantes, la cual incluye varios barrios de Bottrop. Esta zona será renovada de forma ecológica, en un proyecto que en esta proporción es único en el mundo. Además, en cooperación con la empresa privada, se desarrollarán proyectos como una red de automóviles eléctricos compartidos, la expansión de la red de calefacción urbana, un concurso sobre el tema “El futuro de la vivienda” y mucho más .

Bottrop fue elegida como ciudad modelo para “InnovationCity Ruhr” en 2010, a través de un concurso para buscar la “Ciudad del clima del futuro”. Esto también es típico de muchos proyectos relacionados con ciudades inteligentes. Por ejemplo, la “T-City” Friedrichshafen también fue escogida en 2007 en un concurso organizado por la Deutsche Telekom AG, que ha probado e introducido aplicaciones urbanas inteligentes en aquella ciudad del estado federado de Baden-Württemberg. Así, por ejemplo, quien desee inscribir a su hijo en la guardería o comunicar una preocupación ciudadana, puede hacerlo a través de un portal de internet desarrollado recientemente. Muchos otros procesos burocráticos se manejan a través de esta aplicación gubernamental electrónica.

Ideas alemanas en todo el mundo

Las investigaciones alemanas sobre la ciudad del futuro no se limitan a las ciudades y regiones alemanas. Esto lo demuestra por ejemplo la creación de InnoCity a manos del Instituto Fraunhofer en Santiago de Chile. Inaugurado en 2012, la iniciativa tiene como objetivo desarrollar proyectos informáticos in situ para infraestructuras inteligentes y seguras. Estos deben ser aplicados en áreas claves como el transporte y la movilidad, la salud, la producción de energía, la seguridad pública y la prevención de catástrofes, y ayudar a largo plazo a mejorar la calidad de vida en Chile y otros países de América del Sur.

También Siemens Mobility lleva a cabo proyectos en el extranjero. En Newcastle, en el norte de Inglaterra, la compañía alemana ha instalado transmisores en veinte semáforos, que proporcionan a las ambulancias datos espaciales sobre la duración de las fases del semáforo. Al igual que en el proyecto de atascos urbanos del Centro Aeroespacial Alemán, el objetivo en este caso evitar tiempos de espera innecesarios.

Ahora bien, la “ciudad inteligente” no podrá funcionar sin “gente inteligente”. Y esto también lo deben tener en cuenta los proyectos de ciudades del futuro: solo si los ciudadanos aceptan y animan las ideas y soluciones “inteligentes” de los investigadores, la ciudad del mañana podrá ser construida.