Ilustrador
Einar Turkowski

Einar Turkowski
© Claus Pescha

La obra de Einar Turkowski es un universo en el que la complementariedad de los contrarios está presente tanto en la técnica de dibujo a blanco y negro, como en la utilización de estructuras constantes y elementos aleatorios.

De Vanesa Díaz

Se ha dicho que la inspiración tiene su origen en la intervención divina y también que esta reside en el artista. Aun cuando su origen es un misterio, nos queda claro que se requiere de un proceso de materialización sin el cual la idea quedaría atrapada en la mente creadora, sin la posibilidad de ser conocida por otros. La inspiración es una parte fundamental del trabajo del artista, pero no es sino hasta que se le dedican largas horas de trabajo que se puede alcanzar el dominio técnico que separa una obra de las demás. Inspiración y trabajo hacen parte del binomio indisoluble que da origen a la obra de Einar Turkowski. 

Nacido en 1972 en Kiel, se formó en la Escuela Superior de Ciencias Aplicadas de Hamburgo (HAW, por sus siglas en alemán), donde el conocido ilustrador Rüdiger Stoye fue su mentor. Al finalizar sus estudios, Turkowski optó por presentar como trabajo de grado la obra Estaba oscuro y sospechosamente tranquilo (Es war finster und merkwürdig still, 2005). Con esta opera prima no solo obtuvo su título, sino que captó la atención de los jurados del premio Lesepeter, reconocimiento dedicado a la ilustración infantil y juvenil, así como del comité del premio Troisdorfer, galardón otorgado a las mejores obras de ilustración.

Turkowski creó con su lápiz HB un universo cargado de figuras, texturas, formas y dimensiones que retratan el punto en el que la realidad y la ficción se tocan.

Estaba oscuro… cuenta la historia de un hombre que al llegar a una pequeña ciudad capta la atención de los demás habitantes. Sin embargo, la curiosidad despertada por el extranjero no se trata de una cualidad que permite el asombro y el descubrimiento, sino de prejuicios y afirmaciones de los habitantes de esta aldea, que son aceptados al unísono y no dejan campo a otras opiniones. La atmósfera de toda la narración es gris y esto no solo porque la ilustración sea hecha en blanco y negro, sino porque pareciera que existe un muro entre el hombre y los aldeanos.

A esta obra siguieron Una luz diminuta surgió de la nada (Die Mondblume, 2009); El pastor, las ovejas, el lobo y el mar (Der Schäfer, der Wind, der Wolf und das Meer, 2010); La montaña (Der rauhe Berg, 2012); Cuando las casas regresaron flotando (Als die Häuser heimwärts schwebten, 2012) y Lunámbula (Die Nachtwanderin, 2015). En cada una de estas obras, Turkowski creó con su lápiz HB un universo cargado de figuras, texturas, formas y dimensiones que retratan el punto en el que la realidad y la ficción se tocan. La obra de Turkowski es un universo en el que la complementariedad de los contrarios está presente tanto en la técnica de dibujo a blanco y negro, como en la utilización de estructuras constantes y elementos aleatorios. El resultado son potentes y majestuosas imágenes, llenas de cientos de pequeños detalles.
 

Turkowski participó como invitado alemán por el Goethe-Institut en la décima edición del Congreso de Ilustración Fig.10, organizado por Casa Tinta en 2020. La calidad de su trabajo y la acogida cada vez más grande que ha tenido su obra entre el público generaron muchas expectativas. En el encuentro, Turkowski habló con pasión y dejó entrever por qué dedica todos los días largas horas de trabajo a dar vida a aquellas imágenes que habitan en su mente. Fue grato encontrar un artista que comparte generosamente con personas más jóvenes algunos de sus trucos, esos que se consiguen con años de trabajo y que dan el sello de maestría a sus obras. Al finalizar el evento, Turkowski concluyó que dejarse sorprender y prestar tanto ojo como oído atentos a lo que nos rodea es fundamental en el proceso de creación, pues nunca se sabe de dónde puede venir la inspiración.

Con su trabajo de filigrana, sus finales abiertos y su infinita capacidad de sorprender, Einar Turkowski se ha ganado un lugar al lado de figuras como el estadounidense Chris Van Allsburg y del australiano Shaun Tan. En las obras de estos artistas existe la posibilidad de disfrutar de la lectura y relectura de imágenes como lenguaje universal.

Einar combina su trabajo como autor e ilustrador con la enseñanza en la HAW y en la Escuela Superior de Arte de Muthesius, en Kiel. También participa en exposiciones, charlas y talleres en diferentes lugares del mundo.
 

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