Cine Cine de los miércoles: En los pasillos

En los pasillos © Sommerhaus Filmproduktion GmbH

Mié, 28.06.2023

19:30

Goethe-Institut Perú

Dirección: Thomas Stuber, 2018, 125 min

En junio el tema de las películas son los lugares

En los pasillos
In den Gängen (2018)
Dirección:
 Thomas Stuber
Subtítulos en español
Ingreso libre, sin inscripción


Christian tiene un nuevo trabajo como empleado de bodega en la sección de bebidas de un hipermercado – un mundo vedado para los clientes, que sería insoportablemente monótono si no fuera por los colegas y la esperanza de ascender a conductor de un montacargas. Y si no estuviera Marion de la sección de dulces, de quien Christian se enamora perdidamente. Cuando se entera de que Marion es casada, un mundo se le derrumba. Bruno, el conductor de montacargas y su paternal amigo mayor poco puede ayudarlo – y de pronto desaparece.

Más sobre la película

Cuando Christian empieza su nuevo trabajo en un hipermercado, aparece como un joven sin historia propia. Tiene que bregar por cada momento en que se revela algo de su persona, sobre todo por el reconocimiento de su jefe inmediato, que como conductor de montacargas es responsable de la sección de bebidas. Sólo después, cuando Christian se ha ganado el reconocimiento de todos los colegas, la película revela algunos detalles de la vida del joven: antes tenía un duro trabajo en una empresa de demolición, tras una disputa con el jefe fue despedido y se metió en problemas. Gracias a las peculiaridades del derecho penal juvenil su nuevo empleador no se enteró de su estadía en la cárcel. EN LOS PASILLOS es una película sobre las víctimas directas e indirectas de los efectos tardíos de la reunificación alemana. “La RDA y el proceso de reunificación… todo eso ya se ha contado, no me interesa. Lo que me importa es la post-reunificación, los lugares y los entornos vitales, lo especial de esas personas y esos lugares.” (Thomas Stuber)

Sólo que él no lo muestra a primera vista, ni tampoco ostenta ningún mensaje que la historia narrada entonces debiera seguir. Observado desde afuera, todo podría desarrollarse en cualquier lugar de Alemania, tanto en el este como en el oeste. Los gigantescos hipermercados, inertes y fríos tras una falsa calidez, están en la periferia de todas las urbes, aunque aquí se trata de un desolado suburbio de Leipzig, lo que sólo se deduce por el letrero de un autobús.

Bruno, el paternal amigo y jefe inmediato de Christian, añora sin consuelo su época de camionero. En aquel entonces, incluso en la RDA, sentía una libertad que, en el oeste, como conductor de montacargas en un recinto cerrado, nunca más volverá a experimentar. La libertad – también de esto trata EN LOS PASILLOS – no depende forzosamente de una forma de gobierno. Lo que Bruno y Christian y los demás colegas han perdido, jamás les será restituido por la “unificación alemana”. Se desplazan en una soledad de la que sólo puede salvarlos el puesto de trabajo como nuevo hogar. “Lo que queda es la constatación de que aquí sólo es posible hallar comunidad, calidez y una pizca de felicidad en los pasillos del hipermercado.” (Thomas Stuber)

El hipermercado se convierte en escenario de un pequeño teatro universal: un inesperado aunque presentido suicidio, una historia de amor que sólo en mínimos fragmentos se hace realidad pues las circunstancias de Christian y Marion simplemente carecen de toda perspectiva, pequeñas faltas como fumar en el baño, vanas esperanzas y decepciones finales. Lo único monótono es el trabajo, siempre las mismas tareas, ordenar y apilar mercadería, llenar estanterías, día tras día. Pero lo que sucede entre los trabajadores sigue desarrollándose sin parar y mantiene la vida en marcha. En los días de descanso, Christian espera solitario y anhelante poder regresar a su trabajo (mejor dicho: a sus compañeros).

En enfoques siempre iguales o muy similares, la cámara mira a los personajes constreñidos entre enormes estanterías. Los protagonistas resisten la agobiante simetría de muchas imágenes y el montacargas pone a los personajes en movimiento – a veces casi parece hacerlos bailar. Sólo pocas tomas se filmaron al aire libre, muchas de ellas de noche o a la luz azulada de la penumbra, que contrasta fuertemente con la luz artificial amarilla del hipermercado, cálida sólo en apariencia pero muy venenosa: EN LOS PASILLOS es también una de las pocas nuevas películas alemanas cuya nítida y plausible concepción estética, incluyendo la música, convence desde el comienzo. Al final Christian aprende de Marion lo que antaño Bruno le enseñara a ella: hace que el joven suba las horquillas del montacargas hasta rozar el techo y escuche el ruido. Christian: “Ella tenía razón, ¡en efecto sonaba como el rumor del mar!” Los personajes conservan el anhelo, lo que da un pequeño motivo de esperanza.

 

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