Dirección: Christian Petzold, 2020, 90 min
En julio ofreceremos dos películas del director alemán Christian Petzold.
ONDINA
Undine (2020, 90 min.)
Dirección: Christian Petzold
Subtítulos en español
Ingreso libre, sin inscripción
Una mujer sobrenaturalmente bella, amada por cada hombre al que llama, pero condenada a matarlo si éste la deja – se trata de Ondina, la mítica ninfa acuática. Sólo puede vivir en tierra y entre los humanos cuando tiene un enamorado. Christian Petzold toma este material y lo adapta al presente alemán, entre Berlín y el Condado del Monte.
Más sobre la película
Ondina (Paula Beer) es una historiadora que trabaja como guía de museo en Berlín. Conoce bien el centro de Berlín y el fundamento histórico, sociológico y arqueológico sobre el que está construida esta área; también sabe cómo vestirse bien de blusa y traje. Su belleza es sólo un atributo secundario, su forma de ser y de transmitir sus conocimientos sobre la construcción de esta ciudad sobre tierras pantanosas, es tan profesional como encantadora.
Ondina, la mujer mítica, aquí se llama de nombre completo Ondina Wibeau. Pertence a aquellos precarios y desraizados que contribuyen tanto a la fama de Berlín, como también el estilo shabby y vintage.
Un día de verano, antes de empezar su turno –para ser exactos al inicio de la película– su novio Johannes (Jakob Matschenz) rompe con ella en la terraza de la cafetería del museo. Dice haber conocido a alguien. Y así los juegos de la vida. Pero cómo juega una mujer que pasa a la historia, y que creció en medio de aguas míticas? Ella responde: “Si me dejas, te tengo que matar.”
Christian Petzold oscila entre el mito romántico de la misteriosa ninfa acuática y un relato sobre un presente desencantado. Tras el relato de Ingeborg Bachmann Ondina se va, Petzold moderniza la fantasía de la fatal ninfa en un proyecto que desembarca en un bucle sin salida.
Pues su Ondina se opone tanto a la impotencia de los traicionados como al poder de la maldición; y se vuelve a enamorar, de Christoph (Franz Rogowski), que trabaja como buzo industrial en el mundo sumergido de un embalse en el Condado del Monte.
Petzold lleva la sustancia del mito al cine con una seguridad instintiva. Algunos gestos cotidianos específicos se vinculan con gestos fantasmales, y su historia de Ondina se encuentra evidentemente en un mundo híbrido entre mito, película de acción subacuática y realismo del tiempo presente.
Notas del Director
”¡Oh humanos! ¡Son unos monstruos!” Así comienza el relato de Ingeborg Bachmann. Ondina es la ninfa acuática traicionada. En la mitología antigua, vivía en un bosque, en un lago. Un hombre que ama a una mujer y cuyo amor no es correspondido, que no tiene horizonte y lleno de incertidumbre de qué será de sí y de sus sentimientos, hundido en la desesperación; puede ir al bosque, a la orilla del lago y llamar el nombre de Ondina.
Ella vendrá. Y lo amará. Este amor es un contrato. No se le puede traicionar jamás. Y si es traicionada, entonces el hombre morirá. Solo que el que la ama –que amará y será amado– aparenta ser libre y ligero, adorable y atractivo.
En la mitología, la mujer que no le correspondía se interesa de pronto por el hombre. El hombre deja a Ondina. Se casa con la otra –con la primera. En la noche de bodas, Ondina entra a la habitación y abraza al hombre con una burbuja de agua, en la que se ahoga. “¡Le lloré tanto, que murió en mis lágrimas!”, les grita a los sirvientes apresurados, antes de desaparecer en el bosque, en el lago.
Nuestra Ondina es una historiadora de la ciudad en Berlín. Ofrece visitas guiadas en la sección del senado destinada al desarrollo urbano. La acaban de dejar, de traicionar. Fue un tal Johannes.
De hecho, así lo quiere el mito: se debería vengar de Johannes. Lo tendría que matar. Ondina se opone al mito. No quiere regresar a la maldición, al bosque, al lago.
No se quiere ir. Quiere vivir. Conoce a alguien más. ONDINA relata esta historia de amor.
Críticas, recomendaciones, reseñas de prensa
”A la protagonista de Petzold sólo le queda desprecio por el Berlín presente. Vive en un departamento de dos habitaciones en un edificio representativo del socialismo, y siempre preferiría el Humboldt Forum por encima del Palacio de la República. Ondina describe al palacio de la ciudad como un museo construido en el siglo XXI, diseñado como un palacio soberano del siglo XVIII. ‘Lo engañoso reside en la tesis de que esto no implica una diferencia significativa, lo que equivale a afirmar que el progreso es imposible.’” (Der Tagesspiegel, 01.07.2020)
“El romanticismo de Petzold no tiene nada de la majestuosidad religiosa de la exploración del alma alemana, más bien es juguetón e infantil.” (Filmdienst, 14/2020)
Ralph Eue (11.03.2021)
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