La edición del aniversario de la Berlinale estuvo bajo circunstancias difíciles, pero la directora artística Tricia Tuttle cumplió su tarea de manera excelente.
Al inicio de esta 75. Berlinale, toda la atención estaba sobre Tricia Tuttle, la nueva directora artística. Al final, podría ser que las decisiones mayormente sorprendentes del jurado internacional sean las que den los impulsos más importantes para la reorientación deseada del festival. O tal vez, ¿es algo que no puede pensarse uno sin el otro?Premio inesperado
Lo menos esperado fue, sin duda, el Oso de Oro para Drømmer (Dreams), el premio principal al mejor filme que fue para Noruega. El presidente del jurado, Todd Haynes, lo llamó una precisa “meditación sobre el amor”, una obra sobre una estudiante que se enamora de su profesora y escribe sobre ello. Algunos podrían decir que es un retroceso hacia lo privado en uno de los festivales más políticos, pero también una declaración a favor de un buen cine de autor, en este caso casi exclusivamente protagonizado por mujeres. Tal vez el premio al mejor guion para esta película tan cargada de diálogos hubiera sido más adecuado. Sin embargo, ese fue para el rumano Radu Jude, por su estudio moral satírico Kontinental ‘75.
Eszter Tompa en „Kontinental '25“, dirigida por Radu Jude. | Foto (detalle): © Raluca Munteanu
La película inaugural de Tom Tykwer: ¿Estancamiento en el caos?
Tanta equidad hizo olvidar el comienzo accidentado. La película inaugural de Tom Tykwer, Das Licht, parecía una especie de introspección del festival mismo: una burguesía educada superficialmente politizada en busca de sentido, Berlín bajo la lluvia constante, un estancamiento entrópico en el caos. Todo es posible, incluso un musical, pero nada funciona. Al menos Tykwer hizo funcional el principal escenario de Potsdamer Platz para el cine, algo que en la realidad probablemente nunca se logre: la ruina de las inversiones ni siquiera es bonita bajo la inesperada nieve. Hay cosas en las que ni Tricia Tuttle puede hacer nada.Los primeros filmes de la competencia confirmaron esta impresión. La dificultad de combinar relevancia política con imágenes poderosas y personajes creíbles se vio ejemplificada en el experimento psico-sexual del mexicano Michel Franco, en su película Dreams, con la estrella de Hollywood Jessica Chastain. El tema —la desigualdad de poder basada en las dependencias económicas entre Estados Unidos y su vecino México— es más relevante que nunca.
A continuación, los filmes de la competencia fueron más sólidos. El director estadounidense, Richard Linklater, no es nuevo en la Berlinale desde Boyhood (Oso de Plata 2014). Blue Moon, su homenaje al libretista de musicales Lorenz Hart, fallecido en 1943, es una oda al desesperado amor por el arte en un negocio cínico. El cine alemán tuvo su momento de luz y un nuevo talento, con Was Marielle weiß de Frédéric Hambalek.
Rose Byrne en „If I Had Legs I’d Kick You“, dirigida por Mary Bronstein. | Foto (detalle):© Logan White / © A24
Debates previsibles, pero ningún escándalo
Los previsibles debates sobre el conflicto de Oriente Medio y las controversias antisemitas que habían ensombrecido la Berlinale 2024 se abordaron mejor esta vez. Se supo que la actriz Tilda Swinton, quien recibió el Oso Honorario por su trabajo de toda la vida, simpatiza con el movimiento antiisraelí BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones). Un actor iraní boicoteó el festival y leyó una carta con consignas que llamaban a la destrucción de Israel. Con valentía y habilidad diplomática, Tuttle ha logrado quitarle impulso al debate y hacer realidad su intención de dejar que las películas hablen por sí mismas. Dos documentales sobre la insoportable situación de los rehenes israelíes retenidos por Hamás y sus familias, A Letter to David, de Tom Shoval, y Holding Liat, de Brandon Kramer, estaban entre las piezas del mosaico de esta construcción. Este último incluso ganó el premio al mejor documental. La visita de la rehén liberada Liat Beinin Atzili y su familia fue uno de los momentos más emotivos del festival.
Yehuda Beinin en „Holding Liat“. Dirección: Brandon Kramer | Foto (detalle): © Meridian Hill Pictures 2025
escolares ucranianos durante la guerra llegó justo en el momento adecuado. Pero con sus decisiones, el jurado estableció prioridades diferentes. Esta vez, los asuntos de actualidad y los temas políticos difíciles no ocuparon el primer plano.
Competencia de glamour con Cannes y Venecia
En uno de los años más difíciles de su historia, la Berlinale 2025 fue una celebración del cine narrativo clásico. Contrarrestó una lectura activista del cine con una comprensión más profunda de los anhelos humanos de paz y libertad. Pero Tricia Tuttle no sólo ha conseguido llevar el vacilante festival a aguas más tranquilas. Su competición, nada grandiosa pero sí atractiva, sumó puntos con nuevas formas y espacio para soñar. El Oso de Oro para Drømmer representa esto, al igual que el Oso de Plata para La Tour de Glace, que honra un logro artístico especial, con su oscura magia de nieve. Las mujeres delante y detrás de la cámara estuvieron más presentes que nunca.
Escena de „Drømmer" (Dreams), con Ane Dahl Torp, Ella Øverbye, Anne Marit Jacobsen. Dirigida por Dag Johan Haugerud. | Foto (detalle): © Motlys
febrero 2025