Prácticas de pueblos indígenas, muchas veces invisibilizadas o deslegitimadas, son clave para enfrentar los desafíos actuales del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación ambiental. Mientras las sociedades industriales buscan desesperadamente soluciones en nuevas tecnologías a la crisis ambiental, muchas respuestas probadas yacen latentes en el registro histórico y en las prácticas vivas de comunidades campesinas e indígenas.
¿Qué pasaría si la arqueología, la paleoecología y la historia se unieran con otras formas de conocimiento para afrontar la crisis ambiental global? El colectivo de investigación ECHOES (Exploring Climate and Human Observations from the Global South) tiene como objetivo aportar a esta problemática reuniendo en diversos formatos información científica acerca de cómo los pueblos indígenas y comunidades locales han gestionado ecosistemas de forma sostenible durante milenios. Estas prácticas, muchas veces invisibilizadas o deslegitimadas, son clave para enfrentar los desafíos actuales del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación ambiental. Además, las investigaciones arqueológicas e históricas permiten comprender cómo procesos como el colonialismo han contribuido a generar las desigualdades actuales en el acceso a recursos, territorios y poder de decisión.¿Cómo podemos colectivamente abordar esta crisis? Es esencial que abordemos los significativos conflictos en torno a las formas de conocimiento y las maneras de conceptualizar los problemas socioambientales actuales, lo que influye directamente en la forma en que se diseñan las políticas internacionales. Los sistemas de conocimiento indígena han sido reconocidos cada vez más por su papel esencial en los desafíos de la triple crisis planetaria del cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad generada en lo que hoy denominamos Antropoceno. Tanto instituciones vinculadas a las Conferencias de las Partes (COP), como el Foro Internacional de los Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático, destacan la importancia crítica de los pueblos indígenas y su gestión de sus territorios, los cuales albergan el 80% de la biodiversidad del planeta.
La COP – donde se decide el futuro del clima
La Conferencia de las Partes (COP) es la cumbre mundial donde los países discuten cómo enfrentar la crisis climática. Pero hay un problema: las reglas del juego las marcan los mismos países y sectores que históricamente han dominado la conversación. ¿Una solución única para todos? No funciona. Grupos marginados han denunciado que las políticas climáticas a menudo ignoran sus realidades, imponiendo recetas universales que no sirven a los más vulnerables.
Gracias a estos reclamos, la COP se ve ante la necesidad de construir puentes entre los discursos técnicos y diálogos inclusivos donde pueblos indígenas, comunidades locales, científicos y otros actores relevantes tengan peso ante estructuras de gran envergadura como los gobiernos y las grandes empresas.
El enfoque del colectivo ECHOES es que la evidencia científica puede integrarse a estos diálogos inclusivos para generar perspectivas más amplias e influyentes sobre cómo las sociedades han respondido históricamente a la variabilidad climática. Se trata de una mirada positiva desde el pasado hacia el futuro, ya que esta mirada de largo plazo se conecta con el concepto de capital territorial duradero (trad. Landesque capital), que reconoce cómo las sociedades han invertido trabajo colectivo para mejorar la fertilidad de la tierra, destacando su capacidad de agencia y transformación positiva del entorno.
Ejemplos de prácticas
Este legado socioecológico se materializa en formas tangibles que trascienden el tiempo: suelos antropogénicos de notable fertilidad como las terrazas agrícolas andinas o las terra pretas amazónicas, diversidad de cultivos adaptados localmente, y sistemas de manejo del paisaje que han demostrado su resiliencia. Lo relevante es que estas estrategias conservan un potencial activo para el presente.
Por ejemplo, las prácticas de agricultura y pastoreo regenerativo son cruciales para afrontar los desafíos del cambio climático. En el Este de África, las comunidades pastoriles de las tierras áridas dejaron huellas duraderas en la fertilidad del suelo, moldeando el paisaje mismo que habitaron. Al confinar a sus rebaños durante la noche, los pastores móviles creaban inadvertidamente focos de fertilidad del suelo, concentrando nutrientes a través de la acumulación de guano. Estos microhábitats ricos en nutrientes, que podían abarcar hectáreas, persistieron a lo largo de milenios.
Sabiduría ecológica
Además, el enriquecimiento continuo de estas áreas por parte tanto de ungulados silvestres como de rebaños domésticos, atraídos por el forraje abundante dentro de los sedimentos de los corrales pastoriles, reforzó la importancia de estos focos antropogénicos. Esta sabiduría ecológica, que data de al menos 3500 a.C. según registros zooarqueológicos en Kenia, demostró ser sostenible durante siglos. Evidencia arqueológica e imágenes satelitales de zonas como Ntuka (Kenia) muestran cómo los asentamientos pastoriles dejaron una marca imborrable en el paisaje, con zonas de vegetación que persisten desde hace siglos, algunos abarcando hasta 15.000 m2.
Sin embargo, la imposición de modelos coloniales de tenencia de la tierra fragmentó estos sistemas adaptativos. Las políticas que restringieron la movilidad pastoril promovieron la agricultura sedentaria y establecieron áreas protegidas excluyentes, no solo erosionaron el conocimiento tradicional, sino que desencadenaron problemas contemporáneos de degradación ambiental y conflictos socioecológicos.
Relevantemente, patrones similares de “bioingeniería pastoril” documentados en los Andes y Asia Central sugieren que estos sistemas representan soluciones probadas para el manejo sostenible de ecosistemas áridos. Revitalizar estos conocimientos, integrando evidencia arqueológica con saberes locales, podría ofrecer alternativas reales frente a la desertificación y pérdida de biodiversidad en el Antropoceno.
Estos casos revelan una paradoja fundamental: mientras las sociedades industriales buscan desesperadamente soluciones en nuevas tecnologías a la crisis ambiental, muchas respuestas probadas yacen latentes en el registro histórico y en las prácticas vivas de comunidades campesinas e indígenas. El reto consiste en superar las rupturas epistémicas del colonialismo para recuperar este acervo de saberes aplicados al territorio.
Redes de colaboración
ECHOES está preparando reportes con recomendaciones comprensibles y accesibles, diseñados para apoyar procesos ante la UNFCCC y otros espacios de decisión. Estos materiales están dirigidos tanto a actores nacionales (gobiernos locales y organizaciones) como internacionales que promueven la vinculación entre saberes indígenas y locales y políticas ambientales globales. Además, organizan talleres con científicos del y sobre el Sur Global para fortalecer redes de colaboración. Su enfoque combina no solo materiales de divulgación científica, sino también producciones artísticas que buscan sensibilizar sobre estos temas críticos.
El primer reporte versa sobre Sistemas Alimentarios Sostenibles, basado en los datos recopilados, se lanzará en noviembre de 2025, en el marco preparatorio de la COP30. Este documento sintetizará evidencias clave para informar las negociaciones climáticas, destacando soluciones históricas y contemporáneas que pueden guiar acciones más justas y efectivas.