Ave Fénix: Una joya de Petzold

Ahora llegó a los cines la imperdible película de Christian Petzold “Ave Fénix/Phoenix”, que habla de las cicatrices de la guerra y la imposibilidad de barrer el pasado bajo la alfombra, con el mejor rol de Nina Hoss hasta la fecha.
 

Phoenix © Schrammfilm
Santiago ha sufrido una extensa sequía de películas alemanas en los cines comerciales, solo interrumpida por grandes éxitos mundiales como La vida de los otros/Das Leben der Anderen, que ganó el Oscar. O Good bye Lenin, que estuvo casi seis meses en cartelera, un récord no superado hasta hoy.

Por eso resulta llamativo que en el Cine El Biógrafo del Barrio Lastarria hayan coincidido dos películas alemanas, y que además de su éxito comercial, abordan el pasado y el deseo de olvidar de la sociedad alemana. Laberinto de Mentiras/Im Labyrinth des Schweigens aborda la preparación del juicio de Auschwitz en los años 60, una época en la que la sociedad alemana no sabía la extensión de lo sucedido en los campos de concentración. O no quería saberlo. Es la candidata alemana al Oscar y ha tenido un notable éxito de público en Santiago.

El tema de la memoria, o la renuncia a ella, es central en Ave Fénix/Phoenix, la película más reciente de Christian Petzold en la que se luce su musa Nina Hoss, con un rol inolvidable. Ella es Nelly, una cantante de cabaret que ahora retorna desde el campo de concentración y desea retomar la vida de antes. Su amor por Johnny, su marido pianista, su vida artística. Le han desfigurado el rostro y cuando se somete a cirugía solicita volver a tener su fisonomía de siempre.  Todo ello choca con la terquedad de Johnny, quien insiste que su esposa ha muerto y cree ver en esta mujer que lo busca a la sustituta ideal para cobrar el seguro de vida de Nelly. Son muchas señales que ella manda, pero que él insiste en no ver. Es una fábula poderosa que engancha con Laberinto del silencio, en alemán Labyrinth des Schweigens.

Christian Petzold trabajó muchos años en este guión junto al fallecido Harun Farocki, y el punto de partida fueron justamente los testimonios de las víctimas en los juicios de Auschwitz. Descubrió que habían pocos libros o filmes acerca del tiempo “después del campo de concentración”, y se preguntaron cómo filmarlo. Johnny desea escenificar el regreso de la supuesta Nelly en gloria y majestad, ya que eso gatilla la idea de que no ha pasado nada, que los alemanes no han hecho nada grave. Es la meta de Johnny, pero el horror de Nelly, porque implica borrar su sufrimiento. Algo que la escena final muestra de una forma que deja sin aliento y que constata que es una de las mejores películas del cine alemán reciente.