Claudia Sandberg:
“Las películas de la DEFA tuvieron una segunda vida en Chile”

Las películas de la DEFA sobre Chile fueron desconocidas en este país por largo tiempo, hasta que se difundieron por primera vez en un ciclo del Goethe-Institut en la Cineteca Nacional en 2012. Ese ciclo fue presentado por Claudia Sandberg. Ahora ella incluso es la directora de un documental sobre la recepción de estas obras, que se estrenará en noviembre de 2016 en Hamburgo.
 

Daniela Sandberg © Daniela Sandberg

¿Cómo fue que la DEFA acogió la temática del exilio chileno en sus películas?

¡Es bastante sorprendente lo grande que fue el interés de la RDA hacia Chile y cuánto material fílmico existe al respecto! En tiempos del Presidente Salvador Allende existían relaciones diplomáticas y en parte relaciones económicas con Chile. Cuando el golpe militar cortó abruptamente estas relaciones, desde el principio la RDA participó de acciones solidarias amplias para apoyar la resistencia al régimen de derecha. En los años siguientes, las relaciones entre la RDA y Chile llegaron incluso al entorno personal del gobernante Erich Honecker, cuya hija formó familia con un emigrado chileno. La solidaridad pasó entonces de un tema privado a ser un tema de alto rango del partido único (SED).
La variedad de las producciones de la DEFA es un indicio de la relevancia del tema para la RDA. Junto a breves notas para la televisión de la RDA, la productora estatal, es decir la DEFA, realizó en sus estudios una serie de cortometrajes, películas de ficción, documentales y películas de animación sobre Chile. La mayoría de estas películas producidas por la DEFA ganan en credibilidad gracias al trabajo conjunto con artistas chilenos, que llegaron buscando asilo tanto en la RDA como en Alemania Federal. Entre ellos hay periodistas y escritores como Antonio Skármeta, Pedro Holz, Carlos Cerda y Omar Saavedra Santis. Emigrantes chilenos participaron como actores, guionistas y directores en estas producciones de la DEFA: Juan Forch trabajó en el Trickfilmstudio Dresden y creó películas animadas de temas políticos. El director Orlando Lübbert, que vivió en Alemania Federal y también en la RDA, narró en su primera película individual –animado por el guionista Wolfgang Kohlhaase- la historia de una fuga de tres chilenos hacia Argentina en El Paso/Der Übergang (1978). Algunos actores chilenos, como Aníbal Reyna y Oscar Castro, fueron contratados en la RDA y en la República Federal para participar en películas de televisión y de cine.


¿Qué imagen reflejan estas cintas sobre el exilio de los chilenos, y también de la vida cotidiana en la RDA? ¿Son realistas o hay elementos de idealización?
 
Las películas dicen mucho sobre la RDA. Claro, también hay elementos que son estereotipos sobre los chilenos, por ejemplo, que sueñan con empanadas gigantes, que todos llevan poncho, que viven haciendo fiestas. A eso hay que sumar que las escenas que representan a Chile, como en Isabel en la escalera o Tango rubio, se filmaron en Bulgaria. De eso nace una percepción bastante exótica de Chile en la RDA.

Las películas gestadas en los años 70 destacan temáticamente los componentes políticos. La ficción Abril tiene 30 días/Ein April hat 30 Tage (1978) narra el amor entre María y Álvaro, pero la figura de Álvaro es un comunista autoconsciente y que no tiene dudas. Las películas de los años 80 son más cercanas a la realidad. Contienen un ángulo de los temas relativos a Chile más conectados con las experiencias individuales, donde los actores chilenos toman la palabra y cuestionan a la RDA como su segundo hogar.

La biografía de los actores muchas veces establecen paralelos a las figuras que representan en los filmes. Tanto Alejandro Quintana Contreras de Tango rubio/Blonder Tango como Teresa Polle e Irina Gallardo de Isabel en la escalera/Isabel auf der Treppe vivían en ese momento en la RDA.

 
¿Cuál fue la intencionalidad de estas películas? ¿Eran pensadas como herramientas políticas, y a qué público se dirigían?

Estas películas eran mayoritariamente realizadas para un público germano oriental. En su puesta en escena las películas de la DEFA sobre Chile debían generar atención y empatía hacia los chilenos en la RDA. Sin duda que para ello también se mostró un cuadro simplificado del conflicto político, que presentaba al público en Alemania Oriental a los chilenos como víctimas de una política imperialista y colonialista, y con esto le daba un nuevo rostro a los archienemigos Capitalismo e Imperialismo. Esta retórica de la Guerra Fría se encuentra en el llamado ciclo sobre Chile de los documentalistas Walter Heynowski y Gerhard Scheumann (Studio H&S), que intentaron mostrar lo implacable de este imperialismo con lenguaje militante y con imágenes chocantes. Pero la agitación que presentan estas películas de H&S son una excepción dentro de las producciones de la RDA sobre Chile. Los trabajos de otros directores no pueden eludir el marco ideológico, pero al mismo tiempo reflejan un interés por mostrar el exilio chileno como problema universal y  como una tragedia humana. A esto corresponden las películas que mostrarán en este ciclo, pero también los cortometrajes Copihuito o Una boda chilena/Eine Chilenische Hochzeit.

 
De acuerdo a su experiencia desde 2012, ¿en qué medida estas películas fueron un descubrimiento para Chile?


Las películas de la DEFA han tenido una segunda vida en Chile. En abril de 2012 se realizó el primer evento en Chile que permitió mostrar estas películas a un público amplio. A pesar de todos los exotismos, son testigos importantes de una época que muchos chilenos debieron vivir en el exilio. Irina Gallardo, la protagonista de Isabel en la escalera, por ejemplo, pudo mostrar la película recién en Chile a sus amigos y a sus hijos, y me dijo que recién ahora se puede hacer una imagen de cómo era su vida realmente. Todavía existe una percepción del “exilio dorado” y las películas ayudan a entender que eso es una tontería. Cuando presenté Tango rubio en la Universidad Adolfo Ibáñez, una estudiante me dijo: “Rogelio está tan triste y eso me sorprende. Siempre pensé que los chilenos en Alemania estaban felices y contentos”. Este comentario me chocó, pero me confirma que las películas tienen un potencial real para agregar nuevas facetas a las muchas voces y rostros del pasado. Por lo demás, en ese seminario en la universidad ya mencionada mostré el corto Una boda chilena/Eine Chilenische Hochzeit y después se descubrió que contiene imágenes de Michelle Bachelet que eran desconocidas. Y hasta donde sé, algunas de las películas de H&S han sido usadas como evidencia en procesos judiciales. Este material fílmico es un descubrimiento muy importante en y para Chile.


Estas películas surgieron entre 1974 y 1985 aproximadamente. ¿Decayó después el interés de la DEFA hacia Chile?
 
Tango rubio/Blonder Tango fue la última película de la DEFA sobre Chile y es un ejemplo interesante de la declinación del tema Chile en la RDA. Después de la caída del muro en Alemania y la derrota electoral de Pinochet, las películas de la DEFA cayeron en el olvido.

La DEFA fue desmantelada en 1990 y las películas desaparecieron en los archivos. Recién a fines de los años 90 aumentó el interés por las películas de la DEFA. Sobre todo fuera de Alemania fueron menos estigmatizadas de representar solo antigua propaganda de la RDA. En Estados Unidos, la DEFA Film Library de la Universidad de Massachusetts organizó en 2007 la muestra Solidarity! DEFA and Latin America en su instituto fílmico. En ese marco se presentaron Tango rubio, Isabel en la escalera, Yo fui, yo soy, yo seré, y Gladys Marín –CHILE. Y años después llegaron a Chile, gracias a los esfuerzos del Goethe-Institut y a un gesto de amistad de la Fundación DEFA.

 
Claudia Sandberg se doctoró en 2011 con una tesis sobre al filmografía de Peter Lilienthal. Actualmente se desempeña como  investigadora en la Universidad de Melbourne, Australia. La Dra. Sandberg se ha dedicado al exilio de los artistas chilenos en el marco de las películas de la DEFA en la ex RDA. Además de realizar trabajos teóricos sobre el tema, junto al director argentino Alejandro Areal Vélez realizó el documental Películas Escondidas. Un Viaje entre el Exilio y la Memoria (2016), que sigue la pista de estas películas de la DEFA.