Festival del Cine Europeo de Lima 2022 Cocoon (Kokon)

Kokon © Jost Hering Filme / Martin Neumeyer http://???

Lun, 14.11.2022

19:00

Goethe-Institut Perú

Dirección: Leonie Krippendorff, 2020, color, 99 min, Alemania

Leonie Krippendorff nació el 2 de mayo de 1985 en Berlín (Oeste). Creció con su hermano en la casa de su madre, un gran apartamento compartido con músicos y estudiantes de arte. Estudió diseño de fotografía y luego dirección en la Universidad de Cine de Babelsberg. En 2015 se convierte en estudiante de maestría del Prof. Andreas Kleinert. Su largometraje de diploma "Looping", sobre la intensa relación entre tres mujeres en una clínica psiquiátrica, se estrenó en enero de 2016. En julio de 2018, Krippendorf comenzó a filmar su segundo largometraje: "Kokon”.


Es verano en el distrito de Kreuzberg en Berlín, ¡y hace mucho calor! Nora va como observadora silenciosa en el remolque de Jule, su hermana mayor, alrededor de Kottbuser Tor, en la alberca al aire libre, sobre el techo de la casa, en fiestas. Es una mariposa en espera dentro de su capullo, ya no es del todo oruga – como la que Nora guarda en una caja – pero aún no está liberada de su envoltura. Cuando la sorprende su primera menstruación durante la clase de deporte y huye en pánico al baño, se encuentra con Romy, que es un poco más grande y fuerte; el ángel que la rescata. Romy no sólo le ayuda a lavar su pantalón pragmáticamente y le ofrece un porro para los cólicos, sino que también despierta en Nora un mundo de nuevos sentimientos, que como su rígida maestra de educación sexual pone cuidadosamente en palabras: en realidad encuentra a las chicas más atractivas que a los chicos. Con tomas que se aproximan al carácter documental, lenguaje coloquial preciso, y una mirada detallada a las realidades de la vida y las preguntas que se presentan a esta edad, la directora Leonie Krippendorff relata una delicada historia romántica acerca de llegar a la mayoría de edad y de salir del clóset al mismo tiempo; y al final, la mariposa emprende el vuelo.

Comentarios de Prensa:
“Sin juzgar sus figuras, Krippendorff muestra la presión a la que las jovencitas están expuestas: el constante terror al peso corporal, el estrés que éste implica, aparentar fortaleza, los códigos sociales. ‘No me avergüences, ok?’, le pide Jule a su hermana menor más de una vez, mientras que los chicos entran en pánico con razón, ya que podrían tener algo de ‘gays’. La pasividad de Nora deja entrever cierta fragilidad; ella es testigo de la motivación de los demás y a pesar de no encontrar ahí su lugar, los acompaña a todas partes; a la alberca Prinzenbad, a los juegos de cartas en el café Kotti, con Jule y Aylin al balcón desde donde se puede ver: hacia abajo, la plaza dividida por las vías del metro; hacia arriba, lo ancho del cielo. Krippendorff no le tiene miedo a los símbolos lésbicos concretos; por ejemplo, cuando compara la búsqueda del ‘yo’ de Nora con la metamorfosis de su oruga, que guarda como mascota en el cuarto que comparte con su hermana. En ese sentido, la película es directa y ofensiva, así como las T-shirts de sus protagonistas: ‘sueña’ y ‘musa’ son algunos de los mensajes en las camisetas de Jule. Totalmente diferente a los mensajes con los que Romy (Jella Haase) se presenta al mundo: ‘resiste al diablo’ o ‘críen a los niños y a las niñas de la misma manera’. Romy es la chica en la clase paralela de Jule, ya un poco más grande, madura y emancipada de la imagen corporal normativa. Ella es quien en ‘sororidad’ le ayuda a Nora a lavar su pantalón manchado de sangre en la escuela; mientras que Jule, avergonzada, le da la espalda. Nora se enamora arrebatadamente de la chica, quien aparentemente tiene un entendimiento muy natural del funcionamiento del cuerpo, de sus propios deseos, de sí misma y del mundo. La película se adentra en el enamoramiento junto con Nora, y las escenas mismas parecen embriagarse cuando las dos chicas nadan en el lago y se aman sobre el pasto. Sin embargo, Krippendorff no enaltece a Romy como figura clave en la vida de la adolescente de catorce años, después de todo, Nora debe ‘iniciarse’ ella misma. Romy por otro lado, permanece tan ambivalente como las otras figuras: la madre alcohólica, quien después de la negligencia de sus responsabilidades acaba por entender algo del amor maternal; o Jule, quien detrás de su fachada de superioridad esconde una añoranza desesperada por una familia intacta. Capullo es la historia de un despertar multifacético y complejo; el descubrimiento del deseo lésbico es sólo un fragmento de muchos. Aparte de la metamorfosis física que Krippendorff relata concretamente – ¿cómo domar la sangre propia y cómo se usan los tampones, para empezar? –, se trata sobre todo de asimilar la fugacidad de la vida. (Esther Buss, sissymag.de 14.8.2020)

“No es inusual que la sangre fluya en las películas. ¿Pero sangrado menstrual? (…) Estamos en el distrito de Kreuzberg, en Berlín. Nos encontramos con la directora Leonie Krippendorff en el Café Kotti del nuevo centro de Kreuzberg, parte de las edificaciones sociales de los años 70, que se extiende a lo largo de la calle Adalbertstrasse, uno de sus sitios de filmación. Hace calor, igual que en el verano de 2018, en el que la película se lleva a cabo. Leonie Krippendorff lleva puesto un vestido de verano y Flop Flops; y tomamos un café, que el amable mesero enfrió con hielo.
La escena con la sangre era muy importante para ella, cuenta la directora. ‘Fue la primera escena que me vino a la mente.’ Y con esto convierte a Capullo posiblemente en la primera película que muestra este tipo de sangrado tan explícitamente. De hecho, esto es increíble considerando que es un suceso mensual, en todo caso para la mitad de la humanidad. Y a pesar de eso es tabú, no sólo para los adolescentes. ‘No pedimos un tampón tan abiertamente, como pediríamos un pañuelo’. (…)
Ella dice haber sido mala en la escuela, fue aprendiz de fotografía y después se postuló en la escuela de cine de Babelsberg. Dice que lo hizo por capricho. Con una película acerca de un embarazo no deseado, que fue realizada en tan sólo una semana. ‘Era la primera vez que realmente me sentía fascinada por algo’, dice. ‘Estaba tan orgullosa de esta película.’ Funcionó inmediatamente.
Muchas mujeres que estudian dirección de cine, simplemente desaparecen después. No practican su ocupación, nunca realizan una película. Más del 80 por ciento de los 580 directores registrados en el Bundesverband Regie (Asociación Federal de Dirección de Cine) son hombres, a pesar de que casi tantas mujeres como hombres se titulan en las escuelas de cine con la especialidad de dirección. Leonie Krippendorff no desapareció, incluso ya está trabajando en el guión de su próxima película. Tendrá lugar en Portugal. Podría presumir su triunfo ahora, pero en vez de eso, muestra humildad. ‘Estoy en el mundo del Arthouse. Ahí las cuotas son algo más justas que en las producciones en las que hay mucho dinero en juego’. Pero también ahí tuvo que encontrar su propio camino; en un mundo, en el que hacen falta más ejemplos a seguir para las mujeres. Un camino, que no tiene nada que ver con la dominación. ‘Durante mucho tiempo sentí la presión de mi propio pensamiento: Si quiero hacer dirección de cine, tengo que ser distinta de como soy. Me tomó tiempo aceptar que la blandura está bien.” (Susanne Lenz, Berliner Zeitung, 12.8.2020)

Frederik Lang (12.11.2020)
 

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