Testimoniales sobre el trabajo de biblioteca

Para los lectores peruanos, es una fortuna contar con la Biblioteca del Goethe-Institut. No solo es repositorio de libros o recursos audiovisuales muy selecto y valioso, sino que es además un espacio arquitectónico muy agradable, con buena iluminación, muebles cómodos y una bella combinación de colores. Una verdadera invitación a la tranquilidad de la lectura, un remanso de paz cultural en la agitada y ruidosa vida de la ciudad de Lima. Como académico y profesor universitario, me ha resultado siempre muy atractivo acudir a esa biblioteca. He tenido la impresión de que podía hallar allí novedades bibliográficas, ya sea que las hubiera visto antes por las redes o ya sea verdaderas sorpresas de las que no tenía noticia, y no solo de mi especialidad (la filosofía), sino también de muchas otras áreas de la cultura. Pero lo que atraía más mi atención era la posibilidad de acudir a un espacio tan acogedor y estimulante para la lectura. Por si eso no bastara, el personal que atiende en la Biblioteca del Goethe de Lima es muy amable, y recibe a los visitantes con mucho profesionalismo, más todavía si, como en mi caso, nos conocemos desde hace mucho tiempo; saben muy bien qué necesita cada quién y tienen la destreza para dirigirlo hacia lo que necesita o invitarlo a refinar su búsqueda. Y ya he dicho: sentarse luego en esas salas tan bien dispuestas y llenas de luz es una experiencia muy agradable.

He sido testigo, además, de la habilidad y la pericia con la que la Biblioteca ha sabido incorporar los nuevos recursos que ofrecen las tecnologías modernas, sin perder su identidad como espacio de lectura. Sus ofertas online, las posibilidades de libre acceso, los nuevos medios audiovisuales, las comunicaciones virtuales con los usuarios, todo parece haberse desarrollado de manera amable, ofreciendo muchas nuevas posibilidades, pero sin dejar de acoger, como siempre, a sus lectores.

Siempre les digo a mis estudiantes que vayan a la Biblioteca del Goethe. Que me lo agradecerán. Que podrán disfrutar de un lugar fantástico para leer y para descubrir nuevas posibilidades de vincularse a la cultura alemana. Y eso es efectivamente lo que ocurre: me lo agradecen. Pero es al Goethe-Institut al que debemos agradecérselo.

Prof. Dr. Miguel Giusti
Profesor de Filosofía en la Pontificia Universidad Católica del Perú
Ex Becario DAAD y Humboldt
Presidente del Humboldt Club del Perú

 

Para mí la Biblioteca es un espacio tranquilo, cómodo y con una muy buena ayuda por parte de las bibliotecarias, tiene todo lo necesario para cada estudiante independiente del curso que esté llevando, hay libros tanto de historia como de poesía, cada uno está etiquetado de manera ordenada y con códigos y colores que muestran cada una de sus características, por ejemplo para los libros bilingües llevan un color, y para los que son de un solo idioma ya sea alemán o español, pues llevan colores distintos.

Ahora, entrando a la Gaming zone, está muy bien equipada, llevando consigo varias consolas de videojuegos, siendo estos de PlayStation y Switch, y también cuentan con realidad virtual algo increíble, cuenta con audífonos suficientes para cada uno de los usuarios de esta área, y tiene accesorios únicos para cada uno de los videojuegos que uno desee usar, por ejemplo, cuando uno desea jugar algún videojuego de carreras, la Gaming zone cuenta con un timón y pedales para que al momento de jugar sea más inmersivo. 
La variedad de videojuegos que trae la Gaming zone es muy impresionante, teniendo juegos para jugar solo como el videojuego de Spider-Man de PlayStation o el gran juego del viejo oeste Red Dead Redemption 2. Hasta juegos cooperativos y competitivos para jugar con amigos como el divertido Mario Kart 8 deluxe de la Nintendo Switch o incluso el juego de Baile Just Dance.

Y no solo cuenta con videojuegos, sino que también cuenta con juegos de mesa que ayudan al estudiante a mejorar sus habilidades en el idioma alemán, además de pasar un buen rato con sus amigos y compañeros, jugando al juego de la memoria, o al juego de adivinar el artículo de las palabras en el idioma alemán.
En fin, debo decir que la Biblioteca está muy bien equipada y muy ordenada, es un momento donde el estudiante puede divertirse a la vez que tiene un momento agradable, también es un espacio donde el estudiante puede hacer sus tareas y repasar cada uno de sus trabajos hechos en clase, y el trabajo de las bibliotecarias es excelente haciendo que la experiencia sea agradable.


Roussell Alvarado Terrazas
Alumno A 1/2.
 

Descubrir el Goethe-Institut relativamente cerca a mi casa fue toda una revelación, principalmente por su biblioteca. Hablo de fines de los años ’80 en Lima. Hoy me suena a otra era porque en Perú vivíamos años muy complejos a nivel social y político. Es claro que la situación económica también afectaba a todos. Yo empezaba mi carrera de diseñador gráfico, felizmente con buenos vientos, pero tenía poco acceso a lo que hacían mis colegas del resto del planeta. Tengamos en cuenta que era un mundo sin internet, sin redes, ¡es más…sin celulares! Entonces los profesionales clase media teníamos cero referencias o fuentes que consultar. Lo más Avant Garde en diseño gráfico lo descubrí en un quiosco frente a mi estudio, donde había revistas españolas sobre la farándula europea con una pauta gráfica espectacular, memorable.

Pero cuando descubrí la biblioteca del Goethe se me abrió el mundo. Porque allí estaba en el exhibidor la “sagrada” Novum. La totémica revista de diseño gráfico alemán. Y no había un ejemplar sino 6 o7 de los últimos números. Iliana, la amable bibliotecaria, me permitió quedarme hasta que ella cerraba el local aquella primera vez. Obviamente me volví un visitante asiduo descubriendo otras revistas de arte, cine, libros sobre diseño, sobre el Bauhaus y otras corrientes europeas. Inspiración total.

No voy a negar que, con los años y la llegada de la era digital, el internet, etc. me alejé de ese afable pedacito de Alemania en medio de Jesús María. Pero un día que pasaba en auto con mi pequeña hija, luego de visitar a la familia, nos detuvimos. A ella le llamó la atención el bello y colorido grafiti en la fachada del edificio.

Entramos. Todos eran rostros nuevos, siempre sonrientes, y me atreví a entrar a la Bibliothek. Estaba algo cambiada. Mi hija, de 7 años, estaba maravillada: una pantalla gigante, por un lado, controles de juego sobre esa mesa, al centro del salón un módulo (casi lunar) con una Mac para disfrutar semi aislado, estaciones con iPads armoniosamente distribuidos y, finalmente, los anaqueles con libros y, lo más importante, ¡con cuentos! Ella se zambulló allí y yo continué mi exploración hasta la oficina principal. No me equivoqué. Iliana, siempre tan amable y carismática, estaba allí. Solo que ahora era la jefa. Nos pusimos al día tomando un café en la linda terraza.

Aquella tarde, luego de renovar mi carné, con mi hija nos llevamos a casa dos librotes de cuentos que nos recomendaron. La pequeña estaba feliz. Venían con imágenes de realidad aumentada que solo se podía apreciar descargando una aplicación. Impresionante experiencia (para mí). Además, llevamos dos películas (DVDs) producidas por el Goethe con cuentos de los Gebrüder Grimm. Versiones fieles y sorprendentes.

Sin duda la cultura alemana “me tocó”. Hoy, mi hija ya está cerca a terminar la secundaria en un colegio alemán. ¡Y seguimos disfrutando de buenas películas alemanas… Claro! Yo con subtítulos en español.

Carlos Salinas
Director Creativo general 
Taller Cuatro
 

Desde que era un estudiante universitario allá por la década del 90, tuve la oportunidad de conocer la biblioteca del Goethe- Institut. Siempre los autores teatrales alemanes, como Büchner o Brecht, llamaron mi atención en esos años, y el descubrir la biblioteca, me dio una perspectiva amplia de muchos más autores y autoras que no conocía hasta entonces. Es desde esos años que ese espacio llamó mi atención enormemente. La sentía como un pequeño oasis donde refugiarme para encontrar en esos libros y autores nuevos, un espacio de libertad y tranquilidad. La atmósfera del espacio me hizo siempre volver a ella.

Años después, cuando fui estudiante del Goethe-Insititut en el 2012, volví a ese maravilloso lugar que caló en mi época universitaria. Esta vez ya me dedicaba al teatro profesionalmente y la biblioteca del Goethe- Insitut me volvió a brindar material bibliográfico valioso de la nueva dramaturgia alemana contemporánea.

Sin embargo, la biblioteca del Goethe no sólo me aportó en bibliografía y material sobre teatro, sino en muchísimos otras especialidades y temas, ya que la maestría que estudié en el 2018 fue en Estudios Culturales, una Maestría interdisciplinaria que se nutre de diversas materias de las Ciencias Humanas, Ciencias Sociales y Arte: nuevamente este espacio querido, se convirtió en un espacio para seguir aprendiendo y cultivándome.

¡Gracias siempre por ello!

Jorge Villanueva Bustíos
Mg. en Estudios Culturales, profesor del Departamento Académico de Artes Escénicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú


 

La ciudad de Lima cuenta con la Biblioteca del Goethe-Institut, en mis inicios como alumna del Instituto, me sentí sumamente motivada por conocer su estantería tan amable y asequible al conocimiento, humanidades, ciudades y autores alemanes que son vigentes hasta nuestros días.

El concepto de una biblioteca actualmente es de poder crear comunidad, y esa es la esencia de la Biblioteca del Goethe en Lima, propiciar talleres, conversatorios, video conferencias, y ahora en el entorno virtual ofrecer, e-books dando las facilidades de información y conocimiento sostenido los 365 días del año.

He participado en talleres con invitados alemanes especialistas en temas de promoción a la lectura y programas especiales de alfabetización informacional, de esas capacitaciones donde he podido apreciar las nuevas tendencias he puesto en práctica lo adquirido.

Mi afición por las bibliotecas y la lectura la veo totalmente integrada por que nos brinda espacios atractivos, diseñados con bastante luz, comodidad y sobriedad en su mobiliario que permita de acuerdo a las interacciones sociales que debe brindar una biblioteca moderna, siempre innovando pensando en que el lector adquiera una gran experiencia de lectura.

Finalmente, el compromiso del personal que labora en la Biblioteca, siempre amable, enfocado en la calidad del servicio, presto a satisfacer la demanda de los lectores, brindando las mejores herramientas para ubicar los contenidos precisos y significativos hacen que lector encuentre en ellos el mejor aliado para seguir auto aprendiendo.

Liderando la Biblioteca Iliana Revoredo, deseando que su gestión continúe con el esfuerzo de seguir brindando actividades, que refuercen el tejido social de nuestra sociedad, le auguro los mejores éxitos, venciendo los desafíos que una gestión demanda. Larga vida a la Biblioteca del Goethe-Institut de Lima, que contribuye a conocer la dimensión de la cultura alemana en el mundo.

DORIS AGURTO
Directora de la Biblioteca
Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA)


 

La experiencia de leer en el ambiente adecuado, con libros que te llevan a la reflexión, lo encuentro en la biblioteca del Gothe-Institut,  te brinda el placer de conocer Alemania a través de su catálogo. Lo amigable de la atención y confortable de sus instalaciones es satisfactorio. Una buena fuente de informacion es siempre importante en el desempeño académico de todo estudiante, e investigador y una buena lectura es respuesta a la actualidad y confiabilidad que todo lector encuentra en sus instalaciones.

En la formación universitaria, toda curiosidad era saciada en su estantantería, esmeradamente renovada y alerta a las novedades. Es la mejor ventana desde el Perú para viajar imaginariamente hacia la cultura alemana; me permitió llegar a Fausto y su propuesta  que la teoría puede dejarnos a merced del tiempo, sin oportunidad para darnos cuenta que somos mortales, que la vida también debe discurrir a través del amor; o cuando en nuestro afán universitario ávidamente lecturabamos a Heidegger, descubriendo que el armazón lingüístico de cada idioma intenta aprehender la realidad a su modo, pero que el pensamiento y su laberinto tiene una particularidad al cual enfrentamos, y es mejor situarnos en el “estar en el mundo” que nos ofrece la cotidianidad.

Las lecturas en la biblioteca del Goethe-Institut, me permitió cobijarnos en la reflexión para forjar una opinión mas auténtica con nuestros tiempo y realidad.

Angelino Gutarra
Abogado y Filósofo
 

Mi nombre es Jose Antonio Vilca, y me dedico intensamente a casi todas las actividades relacionadas al comic, he hecho de todo menos escribir y dibujar. He tenido tienda de comics, editado comics, curado muestras, escrito para periódicos y revistas tan importantes como SOMOS, viajado a muchos eventos y organizado muchos eventos.
En estas 2 grandes actividades, puedo decir sin duda que la biblioteca del Goethe, y en especial su directora, Iliana Revoredo han sido más que claves.

Mi relación con Alemania es desde pequeño, no solo viendo Telematch en la televisión, sino como mi padre estuvo un año becado en Alemania, tuve la oportunidad de viajar a visitarlo de niño. Cuando hace unos años se organizó el evento de comics Mundo Viñetas, me di con la agradable sorpresa de que no solo estaban los países clásicos del comic, como Francia y España, sino que Alemania, tenía una gran presencia, y durante las varias ediciones del evento pudimos recibir la visita de extraordinarios artistas alemanes que compartieron su arte con nosotros.

El acceso a un idioma hasta antes de la explosión de internet era una cosa complicada, recuerdo mucho a mi padre, buscando libros y diccionarios para su estudio, es aquí donde la labor de las bibliotecas es clave. Pero uno diría y ahora con internet, pues aun mas ya que el acceso no solo al idioma sino a la cultura misma de un país, se da por medio de sus publicaciones, y hay una enorme y gratificante labor de elegir, ordenar, administrar y conservar estas publicaciones. Todo esto es posible gracias al intenso y continuo trabajo de personas como Iliana, y de instituciones como la biblioteca que dirige.

Frente a los millones de posibilidades que te da internet tienes además un espacio físico donde puedes tu mismo y con ayuda de quienes trabajan allí, descubrir un extenso universo de publicaciones y materiales que sin duda no podrías solo descubrir, y es en esa comunión, yo diría casi como ir a un sastre a hacerse un traje, algo hecho a la medida para uno, que uno sin duda encuentra no solo lo que busca sino mucho mas, claro además las ganas de volver una y otra vez

No puedo terminar estas líneas sin agradecer personalmente a Iliana y a su equipo, por tanto, y por permitirnos saciar nuestra curiosidad, siempre he pensado que los libros están vivos y que llegan a uno en el momento preciso, pues gracias a las bibliotecas que muchos de ellos llegan a nosotros continuamente. Mil gracias y miles de libros siempre.

José Antonio Vilca
Especialista en Cómics
 

Ex Nihilo Nihil Fit (De la nada, nada adviene) decían los antiguos griegos. Mi abuelo paterno Demóstenes era lector del periódico aprista La Tribuna y de la Biblia protestante. Mi padre Leonidas era geógrafo y, además, profesor, habiendo egresado de la Universidad de San Marcos; por él conocí a Ludwig Van Beethoven y la música erudita, además de leer sus libros de ciencia que eran nuestra biblioteca familiar. Años después, mi hermano mayor, Leo, también sanmarquino, abogado, me dio a conocer la existencia del Goethe-Institut, que empecé a frecuentar en 1993, luego de acabar el Colegio (Santa Angela, católico, particular, donde también estudió nuestra amiga Iliana Revoredo). Entonces, frecuentaba la cultura underground y me gustaba la música de X-Mal Deutschland, Malaria y Einstürzende Neubauten. En aquella época, compré mis primeros ejemplares de la revista Humboldt, a la que luego, como miembro de la Biblioteca, me suscribí.
Más adelante, conocí el cine expresionista alemán, la pintura expresionista, la llamada Nueva Objetividad, así como la escuela Bauhaus de arquitectura y el cine de Wim Wenders, Werner Herzog y Rainer W. Fassbinder.
Posteriormente, al acercarme a mis raíces judías (sefardíes) priorice la lectura de autores judío-alemanes: Hannah Arendt, Theodor Wiesengrund Adorno, Walter Benjamin, Max Horkheimer, Herbert Marcuse, Erich Fromm, Sigmund Freud, Edmund Husserl, Franz Kafka, Paul Celan (el mejor poeta en lengua alemana de la segunda mitad del siglo XX, según la crítica) Marcel Reich-Ranicki, Peter Weiss, Martin Buber, etc. Estos son mis excelentes recuerdos del Goethe-Institut. ¡Debo además agradecer la correcta y amable atención por parte de su personal, durante estos treinta años! ¡Muchas gracias, amigos!

Ph. Mg. Leonel Patricio Silva Montellanos
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
 

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