Ciclo de cine El son de las palabras / Perceval en Isfahan

Dir. Gerhard Schick, 74 min., 2008 / Bruno Schneider, 33 min., 2003 / Película en inglés

El son de las palabras

En un suburbio de Jerusalén llamado Beit Hakerem el grupo LYRIS se reúne para intercambiar poemas en idioma alemán. Son pocos los integrantes de menos de 85 años de edad. Sin embargo, desde hace un tiempo también hay israelíes jóvenes que aprenden alemán. La película nos habla de ambas cosas: de experiencias intensas y dolorosas y de una curiosidad no del todo imparcial. Así crea una caja de resonancia que va más allá de las generaciones: su lenguaje es el alemán.

En Beit Hakerem, un suburbio de Jerusalén, una vez al mes hay una reunión con tortas y poemas. Después de saborear las tortas de receta austriaca horneadas por ellos mismos, los presentes pasan a la lectura de sus propios textos. A veces, los oyentes acompañan la lectura en silencio, asintiendo con la cabeza o frunciendo el ceño. Sin embargo, a menudo se generan vivas discusiones en las cuales comentarios, elogios o críticas encuentran un balance. Los poemas tratan de la vejez, de la muerte, de heridas aún abiertas, y muestran una energía vital sorprendente, una alegría de vivir casi desmedida. También hay muchas risas en los encuentros de Beit Hakerem. Y, por supuesto, se habla alemán.

Pocos de los integrantes de este círculo ilustre llamado LYRIS tienen menos de 85 años. Sesenta años atrás, cuando se fundó el estado de Israel, eran veinteañeros a los que la suerte o la casualidad les había salvado el pellejo. Habían perdido su hogar, sus amigos y tuvieron que abandonar los lugares de su niñez. A cuestas llevaron su lengua materna, pues como dice Schalom Ben Chorin, se puede emigrar de un país, pero no se puede emigrar de un idioma.

Mientras que sus hijos -en forma más o menos intencionada- captaron bastante del antiguo idioma, los nietos perdieron casi completamente la referencia con el idioma alemán. Sin embargo, desde hace un tiempo se puede observar un fenómeno sorprendente: los jóvenes israelíes vuelven a aprender alemán. Algunos estudiantes tienen que confrontarse con que su decisión de aprender alemán no está bien vista por todos sus amigos. Aún está muy presente el tabú del sonido de frases y palabras como Halt (alto), Schnell (rápido) y Arbeit macht frei (el trabajo libera). Sin embargo, junto a este rechazo está naciendo un nuevo interés que no sólo está dirigido al origen de los abuelos, sino también a la Alemania actual y moderna. Sobre todo Berlín atrae cada vez más a círculos de artistas y así muchos jóvenes transitan en dirección opuesta el camino que sus abuelos dejaron atrás, llevando de nuevo el idioma alemán en el equipaje. La película habla de ambas cosas, experiencias intensas y dolorosas y una curiosidad no del todo imparcial, creando así una caja de resonancia que va más allá de las generaciones: su lenguaje es el alemán.




Perceval en Isfahan

Parsifal em Isfahan, um filme de Bruno Schneider, é um relato sobre a viagem de um grupo de teatro ao Irã.
Em outubro de 2003, o grupo de teatro de Freiburg, Theater im Marienbad realizou uma insólita viagem ao Irã. O convite para uma turnê de espetáculo os levou, entre outros lugares, a Isfahan, um oásis em pleno deserto. A peça de Tankred Dorst, Parsifal, foi apresentada ao ar livre, em meio ao turbilhão do trânsito noturno da cidade de 2 milhões de habitantes. A estada, os preparativos e as próprias apresentações se tornariam um acontecimento inesquecível para os atores e o público.

Parsifal foi o primeiro espetáculo da turnê de uma companhia de teatro ocidental em Isfahan, desde a revolução islâmica de 1979. Nas imagens, nas cenas teatrais e nas entrevistas, o filme inclui aspectos artísticos, culturais e político-culturais dessa viagem teatral extraordinária. Ele relata o anseio da população por teatro e a incomparável hospitalidade das pessoas. Mas relata também as intangíveis resistências políticas que não só dificultaram a viagem, mas em alguns momentos, pareciam torná-la impossível.

 

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