Cine de los miércoles en el Auditorio Schlingensief - Gritar contra el Silencio

In das Schweigen Hineinschreien Foto: Filmgalerie451

Mié, 30.11.2022

19:00

Goethe-Institut Perú

Regie Bettina Böhler 2020, color+ b/n, 130 min

Una faéna épica a través de la obra del artista de performance, provocador, productor de cine y teatro, fallecido en el 2010 – Christoph Schlingensief: montado exclusivamente con material de archivo, desde cintas tempranas en Super 8 y películas trash, pasando por apariciones en televisión y documentales de campañas, hasta su consolidada producción de ópera en Bayreuth; una obra de actualidad impresionante.


En el décimo aniversario de muerte del artista de performance, director y provocador de Oberhausen – fallecido en 2010 – surge una revisión en toda regla de Christoph Schlingensief: montado exclusivamente con material de archivo, es una congregación de viejos videos de su niñez y adolescencia, así como clásicos del trash à la ‘100 Años de Adolfo Hitler. La última hora en el búnquer del Führer’ y ‘Terror 2000 – Alemania en cuidados intensivos’, junto a obras de teatro y programas de televisión, hasta performance como “Por favor amen a Austria” (Big Brother con refugiados trasladados) o “Estrellas Freak 3000” (un show de casting de personas con discapacidades) y se presencia una transformación que el Enfant Terrible introduce cada vez más en la institución del arte y la cultura, culminando en Bayreuth con la puesta en escena de Parsifal, que a su manera, fue claramente una provocación.
Una y otra vez nos sorprende la pregunta, ¿qué de todo esto funcionaría todavía hoy como provocación y estímulo para reflexionar? ¿Si algunos performance se podrían trasladar al presente o si serían incluso aún más relevantes? Y con esto la película relata – como suele hacerlo de por sí el arte de Schingensief – tanto acerca de la historia de la República Federal Alemana, como de su presente.



Comentarios de Prensa:

“Cuando Christoph Schlingensief murió hace diez años, los diarios lo despidieron con obituarios reverentes. Esta afirmación no era previsible al inicio de su carrera. Durante el debut de prensa de 100 Años de Adolfo Hitler. La última hora en el búnquer del Führer – una de sus obras tempranas de 1989 – uno de los redactores presentes dejó la sala y gritó en el vestíbulo más fuerte que los actores en la pantalla. Bettina Böhler recrea cómo este rechazo se convirtió en fervor y el excéntrico, del que todos se burlaban, se volvió un artista consolidado. La renombrada editora, que ha montado películas para directores alemanes famosos – entre ellos Dani Levy, Oskar Roehler y Christian Petzold – hace lo que mejor sabe hacer. Su película es un montaje arreglado con precisión, formado por citas de películas, fragmentos de TV y documentales de producciones teatrales, así como entrevistas de Schlingensief. Prescinde consecuentemente de comentarios dede una perspectiva externa. El trabajo se describe por si mismo.

En los mejores momentos, la película muestra el arraigo del hijo del farmacéutico de Oberhausen en una resguardada familia burguesa. Fragmentos de sus primeras películas en Super 8 muestran que el joven de la ‘generación Golf’ en realidad no tenía planes. La exposición doble accidental de unas vacaciones de su padre – las dos realidades espectrales superpuestas – lo inspiraron a hacer chocar fenómenos disparatados. Una constante entre ellos: los Nazis, que metía en todos lados, incluso en su puesta en escena de Hamlet en Zúrich. Lo único que lo enfadaba era que tenía permiso de hacer todo y nadie le ofreció un alto a su furor maniaco, que en sus declaraciones públicas culminó con un ‘Maten a Helmut Kohl!’.
La película de Böhlers hace legibles estas acciones a través de efectos mediáticos. Schlingensief tiró piedras más de una vez en las turbias aguas de los medios para aprovechar el eco publicitario como forma de arte. (…)

Schlingensief nunca pretendió volverse miembro de una industria de arte y cultura con Groucho Marx, quien aceptaría como miembro a alguien como él. Y finalmente lo recibió con brazos abiertos. Así escaló el supuesto Enfant Terrible finalmente a la Colina Verde de Bayreuth, donde se celebra la quintaesencia del arte elitista con las óperas de Wagner. El homenaje de 124 minutos de Böhler es simultáneamente una sobredosis de Schlingensief. Se puede experimentar sensorialmente cómo la inicial subversión del artista de performance se transforma en un amplio consenso inofensivo de la indignación.”
(Manfred Riepe, epd Film, 24.7.2020)

“Un trauma alemán privado: con Schlingensief - Gritar contra el Silencio, Bettina Böhler está a cargo de la administración testamentaria fílmica y explora lo que queda del artista Christoph Schlingensief. Alemania siempre está presente en este partido. (…)
Alemania es el objeto de admiración y odio de un artista que se entrega a la fascinación por la megalomanía y la pérdida de control; quien vivió 16 años de Kohl y que se desvive de manera más o menos ofensiva por la formación activa de la democracia, y por encontrar qué fronteras se pueden traspasar en el marco de la libertad artística. Con esto sobreviene una Alemania que se instala en un ciclo de memoria y olvido. Schlingensief - Gritar contra el Silencio se incorpora a este ciclo, un testamento convertido en película, algo entre la construcción de un mito y un melancólico canto de cisne. Una película que pregunta una y otra vez, ¿qué diría este artista acerca del presente? La obra satírica de Schingensief se interesa por una elevación del mundo, y con ella se acerca mucho más a la realidad que con una reconstrucción exacta. Tal vez la realidad misma se ha elevado tanto, que ha llegado a su límite. Se tienen que encontrar nuevas estrategias. ” (Anne Küper, critic.de, 18.8.2020)


“El silencio denomina a lo reprimido, la vergüenza, o ambos. La vergüenza que trae consigo la secuela del nacionalsocialismo, por ejemplo, sin la que el primer periodo creativo de Schlingensief sería incomprensible.
‘Me interesa el Tercer Reich de igual manera que todos los delirios de grandeza del hombre; distribuir algo, contagiar a la gente, cometer un crimen en el proceso, y luego se produce la catástrofe y fluyen los hechos. Cuando perdemos el control, cuando ya no sabemos cómo lo podríamos lograr de alguna manera todavía, entonces tiene sentido para mí; y por eso me fascina como modelo, porque yo no lo comprendo’, dice Christoph Schlingensief.
La incomprensión es un impulso poderoso para la producción de arte – muy pocas veces le hace bien el saberlo todo. Pero en una película documental, que también juega un papel en la transmisión, sería importante que más gente pudiera comprender mejor. También gente más joven y no sólo alemanes, por ejemplo. (…)
Es curioso: sus temáticas, como la inclusión de personas con discapacidad, racismo y antisemitismo han crecido en los debates transversales en el arte desde su muerte. Pero no es el interés de la película. En cualquier caso, es maravilloso escuchar a Schlingensief. Lo que le interesó del escenario en 1993 para cambiar de la pantalla al teatro:

‘Veo una gran oportunidad en el teatro, porque está en posición de juntar cosas y pensar pensamientos que ya no nos es permitidos pensar mientras subimos las escaleras eléctricas en las tiendas departamentales, porque nos arrestarían. En el escenario sí lo tengo permitido.’

Sin embargo, la libertad artística hoy significa algo distinto, tras diez años de su muerte. En los calurosos debates de nuestros días se trata más la cuestión de si el arte puede ser ambiguo y por consiguiente, si tiene permitido lastimar verbalmente. O si debiera ser un espacio seguro, un refugio para los marginados. Sería interesante ver a Schlingensief a la luz de los debates actuales.” (Tobi Müller, Deutschlandfunk Kultur, 17.8.2020)

Frederik Lang (19.11.2000)

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