Dirección: Sven O. Hill 2019, 81 min
Policias y Ladrones es nuestro tema para Octubre.
COUP
Dirección: Sven O. Hill
2019, color, 81 min
Subtítulos en español
Ingreso libre, sin inscripción
¿Qué pasa cuando eres un empleadito bancario y descubres una falla de seguridad en el sistema de transacciones? ¡Pues te metes al bolsillo dos millones y medio de marcos y te mandas mudar a Australia! Aparentemente eso ocurrió en el verano alemán de 1988 y ha sido llevado a la pantalla en una mezcla tan divertida como salvaje de película documental, animación y largometraje de ficción.
Más sobre la película
Un aficionado a las motos y al mundo motero probablemente jamás pasaría de ser un cuerpo extraño en el universo de los empleados bancarios de los años 1980. Pero si de pronto descubre una falla de seguridad en el sistema de transacciones financieras, puede que aligere sin más la caja de su empleador en unos dos millones y medio de marcos y se mande mudar a Australia para empezar una vida a todo lujo. El problema es que el astuto ladrón no había imaginado que su mujer no querría seguirle al nuevo paradero, por lo que se queda en Down Under encerrado en una verdadera jaula dorada y cada vez más angustiado por la necesidad de volver a ver a su hijito. Lo que comienza como la narración documental de su pasado (¿o será todo puro cuento?) que un hombre canoso desgrana mirando a la cámara a orillas del río Elba en Hamburgo, se transforma a través de muchos flashbacks en un filme de bajo costo tan divertido como salvaje, mezcla de película documental, animación y largometraje de ficción con una gran carga de encanto retro. En él conviven el mundo de aquellas horrorosas filiales bancarias decoradas en beige y marrón, el romanticismo aventurero de los moteros su añoranza del ancho mundo prometido desde un fotomural con puesta de sol y playa con palmeras.
Comentarios de prensa:
“Lo particular de esta película es la forma en que está narrada. El delincuente de entonces reproduce su golpe, su coup, hablando en off con el mayor laconismo imaginable, rasgo muy hanseático, mientras por entre sus recuerdos y los eventos actuados en la pantalla se cuela permanentemente una leve ironía.“ (Hanns-Georg Rodek, Die Welt, 4.11.2019)
“¿Cómo se narra una ‘historia verdadera‘? Sven O. Hill en su película Coup juega con los límites entre filme de ficción y documental, así como con las posibilidades que ofrecen los difusos límites entre ambos géneros. Se trata de la historia de un joven empleado bancario que en 1988 en Hamburgo aprovechó haber descubierto una falla de seguridad en el sistema de transacciones financieras y se mandó mudar con un compinche y un botín de dos millones y medio de marcos alemanes a Australia, de donde no los podrían extraditar. El delincuente, cuyo nombre no se menciona, es quien narra su propia historia ante la cámara. Y es un buen narrador. Comienza evocando que de niño trajo a casa una máquina cortacésped que estaba rota y su padre reparó. Buena clave para entender que se haría motero, ¿no? Lo cierto es que siempre fue un extraño en el universo del banco en que trabajaba, y su tarea allí le aburría cada vez más. Esta historia está ilustrada en parte con animaciones minimalistas, pero sobre todo con escenas actuadas que la recrean y en las que Daniel Michel corporiza al protagonista (y Rocko Schamoni a un untuoso abogado en Australia). Para las escenas ambientadas en Australia fue suficiente rescatar algunas fotos de archivo de playas con palmeras y de la Ópera de Sidney, así como tomas exteriores en un campo de golf, que, como se sabe, son iguales en todo el mundo. Hill evita cualquier tipo de realismo que pueda resultar medianamente auténtico, por lo que la película tiene la apariencia encantadora de una de serie B. Los diálogos contenidos en el guión eran apenas aproximaciones, por lo que el elenco improvisa a su gusto. No siempre se les comprende lo que dicen, pero tampoco se pierde nada decisivo. Porque la voz en off del protagonista del robo narra mientras tanto todo más detallado y mejor. Este truco del director puede considerarse como afín al efecto de distanciamiento de tradición brechtiana. También es de Brecht la tan citada frase según la cual fundar un banco constituye un delito mayor que robar un banco, la que bien se presta para esta película entretenida y subversiva.“ (Wilfried Hippen, taz, 24.10.2019)
Beate Schierle en diálogo con Tomasz Robak, actor en Coup, Homeland y en el Theater Konstanz, en Südkurier del 15.02.2020:
Schierle: ¿Cómo fue su participación en su nueva película Coup que llegará en octubre a la salas de cine?
Robak: Me escribió directamente el director, me había visto en un video que estaba colgado en la homepage de la escuela de actores. La película narra de un caso algo grotesco que sucedió realmente en Hamburgo a fines de la década de 1980. Un empleado bancario de 22 años, además motero, se propuso robar un banco. Descubre una falla del sistema de seguridad y se levanta una suma millonaria. Mi papel es el del cómplice del empleado bancario (Daniel Michel), él y yo tenemos los papeles protagónicos. Lo interesante de esta película es la variedad de formas narrativas que presenta. Se trata de una mezcla de película documental, animación e incluso largometraje de ficción. Eso le valió el premio estímulo Nuevo Cine Alemán en el Festival Internacional de Cine de Hof. También fue exhibida más al sur, en el Festival de Cine de Biberach, y para nuestra sorpresa nos dieron el premio del jurado. Sorpresa, porque yo no esperaba que el humor de nuestra película le cayera bien a gente de ese grupo etario. (…)
¿Quien dirigió la película?
Sven O. Hill. Antes, había hecho dos documentales. Coup marca su debut como director. La película se hizo con un presupuesto prácticamente inexistente. Disponíamos de relativamente poco dinero. Una suma como la que Homeland consume en unas pocas horas. El premio estímulo y cuáles proyectos cinematográficos se financian entonces de qué forma, ése ya es otro tema.
Frederik Lang (03.08.2020)
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