Reciclaje en Corea del Sur
Darle vida nueva a la basura

La basura compactada al salir de la máquina
Actualmente, la máquina recolecta 2.5 latas y botellas al mes. | Foto: © Hyundong Ju (DIM Studio)

¿Cómo podemos vivir de manera más sustentable en tiempos de coronavirus y montañas cada vez más altas de basura? Dos ejemplos de Corea del Sur nos muestran cómo el reciclaje y el supraciclaje pueden usarse de forma creativa.

De Yunhyung Lee

La pandemia de COVID-19 y sus efectos han cambiado el estilo de vida de toda la humanidad. La población de Corea del Sur no es la excepción. Según el Reporte de Impacto del COVID-19 de la empresa de investigación de mercado Niesen Korea, el consumo de servicios de paquetería ha aumentado un 19% desde la pandemia, del 33% al 52%, por lo que la producción de residuos plásticos también aumentó bastante. La cantidad de desechos domésticos en los hogares de Seúl, la capital de Corea del Sur, aumentó drásticamente, al punto en el que las banquetas en las que se juntaban para que los recogiera el camión empezaron a desbordarse. Según funcionarios del ministerio del medio ambiente coreano (2019), solo se recicla el 41% de los desechos plásticos como el polietileno (PE) y el polipropileno (PP). El resto se tira en vertederos o se quema.

La máquina de retornado Nephron, parecida a una máquina de depósito, frente a una mampara de madera
La máquina de retornado Nephron funciona con una inteligencia artificial que clasifica los objetos según su grupo de reciclaje. | Foto: © Hyundong Ju (DIM Studio)

Nuevos ciclos

Una empresa surcoreana que quiere hacer más sencillo y eficiente el supraciclaje es Suprebin. En 2015 desarrolló Nephron, una máquina de retornado en la que se pueden reutilizar latas y botellas de plástico y de vidrio. El principio de Superbin es sencillo: de manera parecida a las máquinas de depósito de los supermercados alemanes, los clientes dejan sus botellas o latas usadas en una cinta transportadora. Ahí se escanean y una inteligencia artificial las clasifica según su grupo de reciclaje. Los clientes obtienen puntos por cada objeto, que pueden cambiar por dinero. Jeungbin Kim, director ejecutivo de Superbin, subraya que "en Corea es indispensable fomentar y optimizar los procesos actuales de tratamiento de desechos". El objetivo de Superbin es construir un ciclo de reciclaje y una infraestructura que complementen el sistema de residuos coreano actual. Para que la basura pueda convertirse en un recurso reutilizable, los fabricantes deben producir mercancías. Sin embargo, en Corea del Sur todavía no esta suficientemente extendida la consciencia de que los materiales reciclables son recursos. De momento, sigue dependiendo de los consumidores elegir los productos que pueden reciclarse.  

Meten una lata en la máquina por medio de una cinta transportadora
La máquina funciona de manera parecida a las máquinas de depósito alemanas. | Foto: © Hyundong Ju (DIM Studio)
Los fundadores de Superbin reconocieron ese problema: les compran a los consumidores su basura valiosa, como latas y botellas de plástico y de vidrio. Gracias a la clasificación de las máquinas, Superbin logra un índice de reciclaje más alto. Después, convierte los desechos plásticos en materias primas reciclables. Los llamados "flacs" —materias primas como partículas de plástico— se revenden a una empresa química para lograr ganancias: esa es la receta de la llamada "estructura cíclica".

Actualmente, Nephron recolecta alrededor de un millón de latas y 1.5 millones de botellas pet y envolturas de plástico al mes. Unas cien mil personas de la península surcoreana usan las máquinas de retornado para tirar sus desechos plásticos: alrededor de 3 mil personas al mes. Como el plástico se puede reutilizar muy bien, sobre todo se reciclan botellas pet. Sin embargo, en el futuro también entrarán materiales como las latas y el polipropileno al ciclo de reciclaje.

Jeungbin Kim, director ejecutivo de Superbin, sentado en su escritorio
Jeungbin Kim subraya la importancia de que mejoren los procesos de reciclaje en Corea del Sur. | Foto: © Hyundong Ju (DIM Studio)

¡Reciclar es divertido!

Para que pueda establecerse este valor añadido en Corea del Sur, se requiere una conciencia correcta y el esfuerzo activo de las empresas y la ciudadanía. Esa es una labor constante de Superbin. Con el programa SuperCollect, por ejemplo, los consumidores pueden entregar grandes cantidades de botellas usadas —entre 200 y 300 por persona—; para ello hay una versión grande de Nephron. Además está el proyecto SuperRookie: los empleados de Superbin hablan en las escuelas para infundir en las nuevas generaciones una conciencia positiva sobre la basura y la manera correcta de reciclar. Las plantas de reciclaje de PET de Superbin también funcionan como centro cultural: los visitantes pueden vivir el proceso de tratamiento de desechos después de la separación de basura en una exposición, y tienen la oportunidad de discutir sobre basura, reciclaje y temas ambientales.

En las oficinas de Superbin trabajan muchas personas en sus escritorios.
Superbin trabaja por que se tome en serio el reciclaje en Corea del Sur. | Foto: © Hyundong Ju (DIM Studio)

Silla a silla

A Haneul Kim, estudiante de la Universidad Kaywon de Arte y Diseño en Uiwang, una ciudad al sur de Seúl, se le ocurrió algo particular sobre el aprovechamiento de desechos. Desde el estallido de la pandemia de COVID-19, se tiran alrededor de 130 mil millones de cubrebocas desechables a diario en todo el mundo, fabricados en parte de plástico. Al leer una nota del periódico, Haneul Kim se dio cuenta de que en Corea del Sur normalmente se recicla el plástico, pero no los cubrebocas desechables. Quiso cambiar eso de forma creativa: a partir del material derretido creó taburetes coloridos y bautizó a su proyecto final de la universidad "Stack and Stack" (pila y pila).
 


Instaló un contenedor para cubrebocas desechables en el campus. Como se trataba de mascarillas usadas, se informó sobre el riesgo de infección que implicaría su trabajo. Para ir por la segura, antes de usarlas, las guardó durante cuatro días en un almacén. Luego usó un soplete para derretirlas a unos 400-500ºC. El coronavirus muere a alrededor de 100ºC.

Con su arte quería invitar al pueblo surcoreano a abordar el problema de los cubrebocas desechados en masa. Hasta ahora, sus sillas solo se han vendido en pequeñas cantidades a galerías y grupos interesados. Para el futuro, Haneul planea fabricar también muebles más grandes, como mesas y lámparas, a partir de los cubrebocas desechables, y reciclar otros materiales, como ropa y joyería vieja.

Haneul Kim trabaja una de sus sillas con un soplete frente a un muro grafiteado
Haneul Kim quiere hacer conciencia del consumismo desperdiciado de la sociedad con su proyecto artístico. | Foto: © Hyundong Ju (DIM Studio)

La basura como recurso

En todo el mundo, las personas producen y consumen cada vez más cosas nuevas. El supraciclaje es una forma de volver nuestro consumo menos desperdiciado y más productivo. Los productos que consumimos no son basura: están hechos de materiales valiosos.

Hoy en día, a causa de la crisis del coronavirus, se usan y se tiran más recursos que nunca. Ejemplos como Superbin y "Stack and Stack" demuestran que hay formas creativas de señalar la importancia del reciclaje y cambiar algo en la cabeza de la gente de forma duradera.

¿Cómo podemos reducir las pilas de basura?

Si hacemos el cálculo, cada persona genera 0.74 kg de basura al día en promedio. En el Norte Global son más, en el llamado Sur Global son mucho menos. Quienes menos aportan al nivel catastrófico de desechos —a la chatarra electrónica o a los remolinos de plástico en el océano— son lxs más afectadxs: pierden sus hogares —y en el peor de los casos, sus vidas— por deslaves de depósitos de basura, recolectan desechos en condiciones inseguras y sufren secuelas sanitarias graves. Según el Banco Mundial si no se hace nada al respecto, para 2050 la cantidad de residuos aumentará alrededor de 70%. En nuestros tres reportajes sobre el tema "Pilas de basura", los autores comentan tres propuestas de reducción de desechos y se preguntan cómo hacer más productivo y seguro el reciclaje.   

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