Libros para elaborar los traumas
Aliviar las heridas del alma

Ilustración del libro “El niño y cómo se liberó de la sombra del gran, gran miedo”
Ilustración del libro “El niño y cómo se liberó de la sombra del gran, gran miedo” | Foto (detalle): © Trauma-Bilderbuch/Susanne Stein

Los niños refugiados han sufrido experiencias terribles. Lectores en voz alta voluntarios les proporcionan un respiro de la estresante cotidianidad. Se ha desarrollado especialmente un libro ilustrado que trata sobre las experiencias traumáticas, con la finalidad de ayudar a padres e hijos a manejar mejor estas vivencias.

Un libro puede consolar, puede inspirar, y a veces también desvía la atención de los pensamientos tristes. Muchos niños y sus padres que llegaron a Alemania como refugiados pasaron por experiencias terribles durante la guerra y mientras que huían de su país. Contarles y leerles en voz alta historias les procura algo de relajamiento en una cotidianidad que, con frecuencia, resulta agotadora. Al mismo tiempo, los libros abren un primer acceso al idioma alemán y ofrecen orientación en un país que aún resulta extraño.

La Fundación Leer, por encargo del Ministerio Federal de Educación e Investigación, creó en diciembre de 2015 el programa de tres años “Inicio de la actividad lectora para niños refugiados”, gracias al cual los cuartos de juegos en las instalaciones de acogida son equipados con una caja de lectura que contiene también otros soportes. Los niños de hasta cinco años reciben un set de inicio a la lectura que contiene un libro, y voluntarios entrenados les leen en voz alta, iniciándolos así de manera cautelosa en el idioma alemán y la vida en Alemania.

Muchos niños y también sus padres sufren graves consecuencias provocadas por la guerra y la huida. Aunque no son sus terribles vivencias las que están en primer plano en este proyecto de inicio a la actividad lectora. “Nuestros lectores en voz alta voluntarios no son terapeutas especializados en el tratamiento de traumas”, enfatiza la directora del proyecto Melitta Göres. Lo importante para nosotros es ofrecerles a los niños un pequeño respiro, y despertar de manera lúdica su curiosidad por el libro y el idioma alemán.” 

Fortalecer las fuerzas autocurativas

¿Es acaso posible aliviar las heridas del alma por medio de la lectura y del trato con los libros? “Un libro no puede sanar un trauma, pero sí puede aligerar la carga y fortalecer las fuerzas autocurativas”, dice Susanne Stein. La pedagoga, oriunda de Hamburgo, desarrolló para los niños refugiados y sus familias el libro ilustrado sobre experiencias traumáticas Das Kind und seine Befreiung vom Schatten der großen, großen Angst (El niño y cómo se liberó de la sombra del gran, gran miedo). En él describe la historia de un niño que vivió experiencias espantosas durante la guerra. Huye con su familia a un país seguro, pero la oscura sombra de ese gran miedo lo acompaña. La idea nació cuando Susanne Stein visitó un asilo para refugiados en Hamburgo. En realidad, sólo quería hacer una donación. Pero de ahí surgieron encuentros, conversaciones y, finalmente, relaciones muy íntimas con personas que cargaban dolorosas historias de su huida.

La pedagoga y desarrolladora organizacional observó que muchos niños sufrían de un miedo constante. “Algunos desarrollan pequeños tics o conductas que no corresponden a su edad”, cuenta. Éstas pueden ser llantos, gritos o temblores descontrolados, enuresis, autolesiones o agresión contra otras personas. También puede ocurrir que un niño repita ininterrumpidamente el mismo movimiento, como caminar en círculos o tamborilear con manos y pies. Los padres con frecuencia se encuentran desconcertados. Quieren ayudar, pero no saben cómo. “No pueden comprender qué sucede con sus hijas e hijos… pues finalmente todos se encuentran ya en un lugar seguro”, dice Susanne Stein. Para los mismos niños esta situación también es difícil. Sufren por esas conductas, pero no las pueden evitar. 

Aprender a manejar los síntomas

El objetivo del libro es ayudarles a los niños traumatizados y a sus padres a entender mejor lo sucedido. “Para ambas partes resulta un gran alivio que haya explicaciones para ese miedo persistente y para los síntomas corporales”, dice Susanne Stein. “Entonces los padres pueden aprender a manejar esa situación de manera que sus hijos estén mejor y también, en caso necesario, pueden buscar ayuda profesional.” A Stein también le han escrito jóvenes adultos que llegaron a Alemania buscando refugio cuando eran niños: le dicen cuánto bien les ha hecho el libro. “Muchos afirman que para ellos las cosas hubieran sido más fáciles si hubieran tenido un libro así cuando eran niños”, cuenta Stein. “Nadie los entendía en ese entonces, ni siquiera ellos mismos.”

Originalmente este libro ilustrado sobre los traumas fue concebido para que lo usaran todos los miembros de las familias afectadas. Pero entre tanto también se le emplea en clínicas y consultorios psicoterapéuticos, en jardines de niños, escuelas, asociaciones y asilos para refugiados. El libro también ilustra que hay una oferta psicológica para ayudar a las personas traumatizadas, abriéndoles de esta manera la puerta a una terapia. Al terminar la historia, se estimula a los niños a que expresen sus sentimientos con dibujos propios, y los padres reciben una pequeña guía como apoyo en el trato con sus hijos.

Identificación… pero también una distancia benéfica

Los traumas se producen por experiencias sobrecogedoras de miedo e impotencia. El libro describe este fenómeno y muestra que los traumas no tienen nada que ver con culpa o debilidad. Las imágenes permiten la identificación, pero al mismo tiempo el libro crea una distancia benéfica hacia los sucesos: los jóvenes lectores lo tienen en sus manos, miran la historia que se narra en el libro, lo pueden dejar a un lado en cualquier momento o saltarse páginas. “Los niños mismos controlan cómo usar el libro, aunque sea estrujando una hoja por la furia que les provoca”, dice la autora. “Se vuelven a sentir capaces de determinar sus actos.”

En el fondo, la historia funciona de manera similar a un cuento de hadas: el niño se ve expuesto a una situación terrible, la sobrevive, herido, y emprende la huida. Recibe apoyo para librarse de su impotencia, y vuelve a estar sano y feliz. Susanne Stein, al escribir e ilustrar el libro, no se propuso buscar paralelismos con cuentos clásicos, como los de los hermanos Grimm, sin embargo, estas similitudes resultan evidentes. “Los niños reconocen su situación interna, que ellos mismos no pueden ni nombrar, o sólo con gran dificultad”, dice la autora. Y al final todo se resuelve. Susanne Stein ha constatado una y otra vez que el libro ha conmovido fuertemente a muchas personas, pues fortalece la confianza y la esperanza. “Más no puede hacer un librito ilustrado.” 

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