Agricultura urbana
Agricultura 2.0

Lufa Farm Saint-Laurent
© Les fermes Lufa

El uso innovador de superficies urbanas para la agricultura ofrece propuestas interesantes para resolver una variedad de problemas a los que se enfrenta la industria alimenticia. Lufa Farm, en Montreal, puso en práctica la idea de invernaderos de azotea y hoy maneja la instalación de ese tipo más grande del mundo. Sin embargo, aún falta tiempo para que se apliquen los métodos tecnológicos de la agricultura urbana a nivel global.

De Michael Krell

El 23 de marzo de 2021, cuando el buque mercante Ever Given encalló en el canal de Suez, en Egipto, al principio parecía haber sido un contratiempo curioso, una falla en los cálculos náuticos. Apenas una semana después, el Ever Given ya estaba de nuevo de camino hacia el mar Rojo, y el percance había desaparecido de los titulares. No obstante, lo que se mantuvo en el debate público fue lo vulnerables que son las rutas mundiales de transporte de alimentos. Su interrupción en el ojo de aguja del canal tuvo efectos duraderos en la vida cotidiana de miles de millones de personas.
 
Sin embargo, el comercio alimenticio global también tiene efectos negativos por sí mismo, sin necesidad de accidentes. El hecho de que haya papayas frescas disponibles en los supermercados de Duisburgo durante el invierno más crudo o la sabrosa variedad de papa Chirsta en Gatineau, Canadá, tiene un precio. Ya en 1994, The Food Miles Report — The Dangers of Long-Distance Food Transport, publicado por la sociedad británica Sustain, asignó Food Miles a cada alimento para medir su sustentabilidad. Ellos no solo tomaron en cuenta la huella de carbono de los medios de transporte (en ciertos alimentos, como la carne y el aguacate, el viaje en barco conforma tan solo el 4% de las emisiones), sino también, por ejemplo, los contaminantes tratamientos que se aplican a los productos antes de trayectos largos para garantizar su frescura.

Cambio climático, rutas de transporte, necesidades en aumento, éxodo rural-urbano

La agricultura regional, que debería merecer menos Food Miles gracias a que abastece a la población local, también presenta un problema: los subsidios y la competencia global deprimen los precios. El resultado son monocultivos y métodos agrícolas cada vez más agresivos que generan precios más bajos, pero también, a la larga, una peor calidad. A eso se debe la falta de relevo generacional en las granjas: para muchos jóvenes, la vida rural es poco lucrativa, así que se mudan a la ciudad.
 
Cambio climático, rutas de transporte, necesidades en aumento, éxodo rural-urbano: la industria alimenticia se enfrenta a desafíos enormes. Si se pudieran satisfacer las necesidades a nivel local y reducir un poco la demanda de los consumidores, daríamos un primer paso importante hacia una agricultura del siglo XXI.
 
Al respecto, ya durante la Primera Guerra Mundial el gobierno canadiense probó con éxito lo que en ese entonces era nueva estrategia para asegurar el abastecimiento de alimentos en las ciudades: en 1917, inauguraron los Victory Gardens para motivar a la población urbana, reducida a causa de la guerra, a cultivar sus jardines traseros y otros espacios urbanos. La tradición persistió: hoy en día, una densa red de Community Gardens (huertos comunitarios) entreteje las ciudades canadienses. Además de fomentar la autosuficiencia, esos huertos tienen un papel social importante.

El invernadero de azotea más grande del mundo

Inspirados por esa idea, el ingeniero y emprendedor Mohamed Hage y sus socios, Lauren Rathmell, Kurt Lynn y Yahya Badran, idearon la manera de combinar la azotea de un edificio en el distrito industrial montrealense de Ahuntsic con un invernadero. Hage, quien creció en un pueblito libanés, conoce de primera mano el principio de la autosuficiencia. Luego de una fase de planeación de dos años, en 2011 abrió el primer invernadero de azotea comercial del mundo, Lufa Farm. Junto con la bioquímica Lauren Rathmell, Hage desarrolló un concepto de agricultura urbana sustentable, la "Agricultura 2.0", como él la llama, gracias a la cual su equipo produce más de una tonelada de verduras a la semana en Ahuntsic. La empresa ya se expandió a cuatro sedes, y en 2020 abrieron el invernadero de azotea más grande del mundo, en el distrito de Saint-Laurent. Cada semana se cosechan ahí más de 15 toneladas de tomates y berenjenas. En 2021, la producción de las granjas montrealenses alcanzó más de 25 toneladas, con una tendencia a la alza. ¿Cómo funciona?
© TEDxTalks
© TEDxTalks

Agricultura en un entorno controlado

Usando la luz natural del sol como fuente de calor y energía; el agua de lluvia para el riego, y la aplicación dirigida de insectos para combatir plagas, Lufa Farm cultiva productos que cumplen con los requisitos orgánicos más estrictos sin recurrir a herbicidas, pesticidas ni fungicidas. Las plantas no crecen en un sustrato tradicional, sino en una suerte de sustrato de cáscara de coco dentro de un sistema cerrado en el que se introducen todos los nutrientes necesarios por medio del agua. Esta técnica, conocida como hidroponia, usa 13 veces menos agua que la agricultura tradicional. Al utilizar un entorno controlable, el cultivo se vuelve manejable y extremadamente eficaz. Técnicas adicionales, como el cultivo vertical, en el cual se ponen las camas una sobre la otra, multiplican la productividad.
 
El sistema de distribución directa también es ingenioso. Los clientes hacen sus pedidos una vez por semana en la página web de la granja, por medio de una suerte de modelo de abonos. Las alrededor de veinte mil cajas pedidas se envían a más de doscientos puntos de acopio repartidos por toda la ciudad o se entregan directamente a domicilio. Hace tiempo que se amplió la oferta para incluir a otros proveedores locales sustentables. Ahora se ofrecen más de dos mil productos, que van desde la lechuga italiana hasta el jabón orgánico.

Millones de azoteas en todo el mundo

Esta clase de abastecimiento totalmente orgánico es una tendencia a nivel mundial. Si se usaran suficientes superficies urbanas, se podría reducir de manera considerable la presión sobre las rutas de transporte; disminuir las emisiones de carbono producidas por el transporte y el tratamiento de alimentos, y estabilizar el comercio tradicional, que actualmente se encuentra sobrecargado. En Alemania también hay ejemplos de agricultura urbana: la Dachfarm Berlin (Granja de Azotea de Berlín) es un prestador de servicios para nuevos agricultores urbanos que ayuda a instalar huertos nuevos. Por otro lado, ECF Farmsystems trabaja a partir del principio acuapónico, que combina el cultivo de verduras con la piscicultura. No obstante, todos los proveedores alemanes siguen siendo relativamente pequeños. La penetración de mercado de Lufa Farm no se ha logrado replicar.
  • Mohamed Hage con Lauren Rathmell en el nuevo invernadero de Saint-Laurent. Foto: © Les fermes Lufa

    Mohamed Hage con Lauren Rathmell en el nuevo invernadero de Saint-Laurent.

  • El primer invernadero de Lufa, en el distrito de Ahuntsic. Foto: © Les fermes Lufa

    El primer invernadero de Lufa, en el distrito de Ahuntsic.

  • Un pimiento fresco. Foto: © Les fermes Lufa

    Un pimiento fresco.

  • Lechugas en Anjou. Foto: © Les fermes Lufa

    Lechugas en Anjou.

  • El invernadero en el distrito de Laval. Foto: © Les fermes Lufa

    El invernadero en el distrito de Laval.

  • Instalaciones del invernadero de Laval. Foto: © Les fermes Lufa

    Instalaciones del invernadero de Laval.

  • El invernadero de azotea más grande del mundo, construido en 2020 en el distrito de Saint-Laurent. Foto: © Les fermes Lufa

    El invernadero de azotea más grande del mundo, construido en 2020 en el distrito de Saint-Laurent.

  • Cultivo de tomates en la sede de Saint-Laurent de Lufa Farm. Foto: © Les fermes Lufa

    Cultivo de tomates en la sede de Saint-Laurent de Lufa Farm.

A pesar de lo coherente y enfocado que parezca el principio de los invernaderos de azotea, también hay muchas críticas. A causa del alto costo de la tecnología necesaria para instalarlos, la barrera de entrada al mercado es enorme, al igual que los precios para los consumidores. En realidad, las verduras traídas de países lejanos y vendidas en el supermercado a veces siguen siendo más baratas que las producidas localmente. Así, los productos cultivados en las ciudades no alcanzan a los sectores de la sociedad que dependen de apoyos para abastecerse. A causa de su reducida gama de productos, esta nueva forma de agricultura urbana más bien se usa de manera complementaria; sigue habiendo cosas que optimizar.

Sin embargo, ya se dio el primer paso: millones de azoteas en todo el mundo están listas para cultivarse, y así se puede resolver el problema alimenticio del siglo XXI: usando el sistema agrícola urbano para conquistar una azotea a la vez.

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