Cambio climático
El bosque del futuro

Los bosques mixtos son los más capaces de resistir el cambio climático, coinciden los investigadores: aún no está claro si también pueden servir como almacenamiento de CO2.
Los bosques mixtos son los más capaces de resistir el cambio climático, coinciden los investigadores: aún no está claro si también pueden servir como almacenamiento de CO2. | Foto (detalle): © picture alliance/Martha Feustel

Cientos de miles de hectáreas de bosque en Alemania ya han sido víctimas del cambio climático. Los investigadores están buscando a toda velocidad un modelo para un bosque climático, un bosque que no solo resista el cambio climático, sino que, en el mejor de los casos, también lo mitigue.

De Wolfgang Mulke

El árbol muerto se eleva unos metros hacia el cielo. La haya roja ha caído víctima del escarabajo de la corteza; una haya sana no permite que la plaga se multiplique, explica el investigador ambiental Manfred Forstreuter, pero el árbol, ya quebrantado, no pudo soportar la infestación. El crecimiento de hongos muestra que ya no se le puede salvar. Los árboles a su alrededor, por otro lado, lucen visiblemente mejor.

Nos encontramos en el Grunewald, la zona forestal más grande del oeste de Berlín. Aquí, biólogos de la Universidad Libre de Berlín (FU, por sus siglas en alemán) han creado un área de investigación boscosa para averiguar qué especies de haya roja pueden resistir mejor las influencias externas. Forstreuter ha plantado aquí 800 árboles. No solo provienen del Jardín Botánico de Berlín, sino de toda Europa: las plántulas de Suecia, Sicilia, Polonia o Rumania crecen en el campo de pruebas.

¿Qué especie de haya resiste mejor el cambio climático?
¿Qué especie de haya resiste mejor el cambio climático? | Foto (detalle): © picture alliance/blickwinkel/A. Held
“Este es nuestro sistema de aire acondicionado”, dice Forstreuter, señalando sus plantaciones. Quiere averiguar qué especies de haya pueden resistir el cambio climático en Alemania, porque los bosques entre los Alpes y el Mar del Norte están sufriendo enormemente por las condiciones climáticas cambiantes. “Los tres años de sequía han dañado y estresado de manera muy grave nuestros hayales”, explica el experto. El árbol caducifolio más importante de la región está en peligro de extinción por la sequía y el aumento del calor. Esto también se aplica a otras especies de árboles, especialmente el abeto, que se utiliza en la silvicultura debido a su rápido crecimiento. El escarabajo de la corteza ya ha causado la muerte de bosques enteros. El daño es particularmente evidente en el macizo del Harz: la región ahora quiere revivir el Harz con nuevas plantaciones de árboles de hoja caduca.

Manfred Forstreuter espera encontrar una especie de árbol que pueda soportar las condiciones climáticas, como la haya roja siciliana, que tiene que emitir menos humedad gracias a sus hojas, mucho más pequeñas. “Un intercambio genético de las hayas rojas nativas con, por ejemplo, la haya siciliana, podría conducir a una mayor diversidad genética y, por lo tanto, abrir la posibilidad de una mayor tolerancia al cambio climático”, explica. Como muchos científicos de todo el mundo, también está en busca del bosque del futuro.  

Bosques mixtos resistentes al clima

Casi un tercio de la superficie de Alemania es actualmente boscosa. Estos bosques no han crecido naturalmente, sino que se les ha plantado, generalmente por razones económicas. El concepto de sostenibilidad originalmente también provino de la silvicultura: cuando se hizo evidente a principios del siglo XVIII que las minas podrían quedarse sin madera para la construcción de galerías, el capitán minero sajón Carl von Carlowitz exigió que no se cortara más madera de la que vuelve a crecer.

Los científicos aún no pueden decir inequívocamente cómo será el bosque resistente al clima del futuro. Lo único que parece claro es que los monocultivos deben convertirse en bosques mixtos con árboles caducifolios. “Todavía no es seguro a dónde conducirá el viaje”, dice Dirk Riestenpatt, de la Oficina Forestal Estatal de Berlín. La capital tiene grandes áreas forestales, que él y sus colegas han estado convirtiendo durante varios años y haciendo más a prueba del clima. “El pino y el cerezo aliso están siendo reemplazados por bosques caducifolios mixtos nativos”, explica. Los silvicultores de la capital no quieren depender de plantas importadas, por ejemplo, de regiones secas. El impacto en el ecosistema podría ser dramático. Los árboles de ginkgo en Berlín son un ejemplo de esto: no ofrecen un hogar a las criaturas locales. Donde no hay más pulgones, tampoco los herrerillos encuentran alimentos: las especies invasoras se convierten en un peligro para el ecosistema.

Un tren de los ferrocarriles de vía estrecha del Harz (HSB) pasa junto a coníferas muertas: La sequía de 2019 y 2020 y el escarabajo de la corteza han provocado la muerte de una gran parte de los árboles de abeto en el Harz. Ahora se están despejando las superficies de madera muerta y se están llevando la madera.
Un tren de los ferrocarriles de vía estrecha del Harz (HSB) pasa junto a coníferas muertas: La sequía de 2019 y 2020 y el escarabajo de la corteza han provocado la muerte de una gran parte de los árboles de abeto en el Harz. Ahora se están despejando las superficies de madera muerta y se están llevando la madera. | Foto (detalle): © picture alliance/dpa/dpa-Zentralbild/Klaus-Dietmar Gabbert

¿El bosque como depósitos de CO2?

Siempre habrá bosques en el futuro, incluso aunque la población de árboles se encuentre actualmente en peligro por el cambio climático. Pero: “No sabemos si estos árboles podrán cubrir aún todas las funciones, desde la producción de madera hasta la recreación local”, explica Riestenpatt. También es controvertida entre los investigadores la medida en que los bosques se adecuan a ser bosques climáticos. Después de todo, un bosque climático –un área reforestada con el objetivo de utilizar el bosque como depósito de CO2– solo funciona si el carbono se almacena de manera permanente a las plantas. Si las cepas se pudren, el CO2 se libera de nuevo. Sin embargo, el suelo también almacena el gas.

El gobierno alemán está consciente de los problemas. “El clima extremo de los últimos tres años representó un punto de inflexión”, dijo la ministra de Agricultura, Julia Klöckner, en septiembre de 2021. 280.000 hectáreas de bosques se perdieron durante este tiempo, como resultado de las condiciones climáticas. El gobierno federal quiere contrarrestar más daños con una “Estrategia Forestal 2050”. “Queremos bosques mixtos resilientes al clima”, explica el ministro. Actualmente se están desarrollando planes de conversión para 2,7 millones de hectáreas de áreas forestales en “bosques climáticos”, y el gobierno federal está proporcionando 1.500 millones de euros como apoyo para los silvicultores. Cómo serán exactamente estos bosques climáticos, eso está por verse.

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