Las consultas son anónimas: Los consejeros solo hablarán contigo sobre tus preguntas y problemas. No pueden compartirlos con nadie más. Además, son neutrales: los consejeros quieren ayudarte. Puedes confiar en ellos; no tienes por qué tener miedo. Las consultas suelen ser gratuitas: no tienes que pagar por la ayuda. A veces puedes recibir ayuda inmediatamente durante la consulta; a veces, es necesario concertar una cita previamente.
¿No quieres ir solo a una consulta? Puedes llevar contigo a tu pareja, a un amigo o a otra persona. Muchos centros de terapia también aceptan llamadas. Los consejeros responderán a tus preguntas por teléfono. También hay consultas en línea disponibles: puedes hacer tus preguntas por correo electrónico o chat.