Renacimiento en Nueva York
Las ostras como ingenieras de ecosistemas

Una canasta de ostras
L*s encargad*s del proyecto examinan regularmente las ostras. | Foto (detalle): Steve Dewitt © Billion Oyster Project

Los puertos de las grandes ciudades no son precisamente conocidos como fuentes de biodiversidad. Por lo menos en Nueva York no siempre fue el caso. El Billion Oyster Project quiere convertir el puerto de la metrópolis en un ecosistema funcional de nuevo... con ayuda de las ostras.

De Natascha Holstein

Una alumna de primaria que apenas si había salido de su enorme ciudad natal sostiene incrédula un cangrejo por primera vez. Está colgado de una concha. En el agua de abajo, la niña ve peces de colores nadando entre las conchas. Y eso no sucede en una playa, sino en Governor's Island, una islita en medio del puerto de Nueva York. Al fondo se extiende la impresionante silueta de la ciudad. A Helene Hetrick, del Billion Oyster Project (BOP), le gusta recordar esas escenas. "Tanta gente sigue pensando que el puerto de Nueva York está sucio y muerto que, en cuanto se les acerca un caballito de mar, su perspectiva de su entorno cambia por completo", dice por videollamada.

Una pila de conchas de ostras
Las larvas de ostras necesitan conchas para crecer. | Foto (detalle): © Billion Oyster Project
Ese es solo uno de los efectos que quiere alcanzar el Billion Oyster Project. Hasta 2035 deben asentar mil millones de ostras en el puerto de Nueva York. Se trata de una cifra inimaginable, pero la metrópolis estadounidense solía ser la capital mundial de las ostras, con más de ochocientos kilómetros cuadrados de arrecifes. Sin embargo, a principios del siglo xx, la población disminuyó rápidamente a causa del consumo y de la creciente industrialización.

¿Por qué ostras?

En 2014, Pete Malinowski y Murray Fisher fundaron el BOP. El propio Malinowski creció en una granja de ostras. Con una ligera sonrisa recuerda en entrevista que, cuando era niño, salir en bote se sentía como estar en su patio delantero. Fisher fundó con él la "Urban Assembly New York Harbor School", una prepa en Governor's Island en la que l*s alumn*s aprenden temas marítimos aparte de las materias usuales, y de ahí surgió el BOP. 
Pero ¿por qué ostras? ¿Qué las hace tan valiosas para el ecosistema marino? ¿Cómo puede contar su asentamiento como un paso hacia un desarrollo urbano sustentable? "La razón más importante es que los arrecifes de ostras son el hábitat de una multitud de especies, desde pececitos hasta pájaros y mamíferos marinos", explica Hetrick. Además, una ostra adulta puede filtrar más de doscientos litros de agua al día. "Son pequeñas ingenieras de ecosistemas", continúa Hetrick, "entre más se acerca un* al arrecife, mejor es la visibilidad bajo el agua".

También tienen un propósito extraordinariamente práctico para l*s habitantes de la ciudad. En todo el mundo, el cambio climático causa fenómenos meteorológicas cada vez más extremos. Para Nueva York, a tan solo diez metros sobre el nivel del mar, las marejadas ciclónicas son un problema creciente. Un arrecife extenso tampoco detendría huracanes, pero quizás debilitaría sus dimensiones, como un rompeolas natural. "Mil millones de ostras no alcanzan para reconstruir la estabilidad de la barrera, pero es un primer paso", explica Hetrick. Para el proyecto, mil millones son más bien una cifra indicativa. Según los cálculos de Fisher y Malinowski, incluso si una ostra solo filtrara 120 litros de agua al día, mil millones podrían limpiar el puerto cada tres días. La verdadera esperanza, por lo tanto, es que con una mayor cantidad de ostras se regenere la población y se asienten más ostras en el puerto. A eso le llaman "reclutamiento".
Unas mujeres dejan los moluscos en el agua
L*s voluntari*s y l*s estudiantes se involucran directamente y dejan las conchas en el agua del puerto de Nueva York. | Foto (detalle): Steve Dewitt © Billion Oyster Project

Parte de la cultura neoyorquina

Lo mejor sería no comerse los moluscos. "Por la filtración está claro: se meten al cuerpo lo que está en el agua", hace reflexionar Hetrick. Si las aguas están contaminadas, las ostras no se pueden disfrutar y podrían incluso enfermarte. Y, sin embargo, el Billion Oyster Project depende de que se coman las ostras, y no solo en el propio puerto. El proyecto recauda las conchas sobrantes de los restaurantes neoyorquinos para que las larvas silvestres encuentren un sustrato aceptable para establecerse y puedan construir su propia concha alrededor. Parece una contradicción que el BOP regale cupones para restaurantes de ostras y al mismo tiempo luche por cada ostra en el puerto de Nueva York. "Claro que suena demente, pero la mayoría de esas ostras se crían en granjas especialmente para su consumo", explica Hetrick. Sin las conchas de los restaurantes no habrían podido asentar ya tantas más. "Las ostras siguen siendo parte de la cultura neoyorquina. Así que lo aprovechamos".
Camión con publicidad de BOP
Suena contradictorio, pero el Billion Oyster Project consigue sus conchas de moluscos sobre todo en los restaurantes neoyorquinos de mariscos; algunos de ellos hasta lo anuncian. | Foto (detalle): Steve Dewitt © Billion Oyster Project

Al considerar las ciudades en crecimiento constante, surge la pregunta de si esta solución es demasiado particular como para aplicarla en algún otro lugar. Las ostras requieren cierto porcentaje de sal en el agua. "Pero creo que en cada ciudad costera podrían recobrar especies naturales que se perdieron al construirse la ciudad", dice Hetrick.
Asentamiento de ostras
Las ostras construyen su propia concha a partir de una vieja y fortalecen así el ecosistema. | Foto (detalle): © Billion Oyster Project

La naturaleza debe tomar las riendas tarde o temprano

El aspecto sustentable también es uno de los puntos fuertes del BOP. Por medio de la cooperación con la New York Harbor School y otras escuelas, el equipo quiere crear consciencia. "Para mí, la mejor experiencia es ver cómo l*s alumn*s ganan un pedacito más de puerto cada vez", dice Malinowski, uno de los fundadores.

Para alcanzar su meta de mil millones, el proyecto todavía debe darse prisa: el año pasado se sumaron 17 millones de ostras; en total son 47 millones. Mucho tiempo se utiliza para solicitar permisos y financiamiento de partocinadores. Las propias ostras deben hacer su parte, por ejemplo, reclutando a otras. Porque Hetrick está segura de algo: "El proceso puede iniciar artificialmente, pero la naturaleza tiene que tomar las riendas en algún punto para que funcione de verdad".
Una ostra junto a un contador
Quieren contar mil millones: junto con el estatus de las ostras en crecimiento, l*s trabajador*s y voluntari*s se cercioran también del progreso numérico del proyecto. | Foto (detalle): © Billion Oyster Project

¿Cómo convertir el auge de las ciudades en una maravilla ecológica? 

Las ciudades de todo el mundo están creciendo casi sin control. Para 2050, podría duplicarse la población urbana a nivel mundial. A eso se le suman el caos vial; los materiales de construcción que consumen mucha energía, como el acero y el concreto, y el desplazamiento de ecosistemas. Las ciudades en realidad tienen el potencial de ser bastante sustentables, pues sus habitantes comparten infraestructura en un espacio limitado, lo que ahorra recursos y energía. En los reportajes sobre el tema del auge de las ciudades, distint*s autor*s consideran tres propuestas y se preguntan cómo hacer posible una urbanización sustentable. 

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