Historias de comida reconfortante
¿A qué sabe el hogar?

En "Historias de Comida Reconfortante", historias personales se unen a platillos para combatir la nostalgia. Aquí, la gente comparte cómo llegaron a Alemania: el choque cultural, las nuevas oportunidades y la comida que les sabe a casa.
  • En el primer episodio, Rahel conoce a Ochi, de Indonesia. Juntos cocinan el plato frito "Oseng Tempeh". Ochi estudia en Kaiserslautern y, en el video, habla sobre cómo se instaló en Alemania, por qué su döner kebab la ayudó durante las primeras semanas y por qué obtener su licencia de conducir se convirtió en un desafío dialectal.

  • En el segundo episodio, Rahel conoce a Aurelien, de Camerún. Juntos cocinan "Poulet DG", un plato camerunés que antes estaba reservado para los ricos, pero que ahora se ha popularizado en muchos hogares. Aurelien trabaja como gestor de cuidados en Mannheim. Su viaje a Alemania comenzó en el Instituto Goethe de Camerún, donde aprendió alemán. En el vídeo, habla sobre su llegada, sus experiencias con el racismo en el trabajo diario de cuidados y lo que más le impresiona de Alemania: el sistema sanitario y el trato que reciben las personas con discapacidad.

    Comfort Food Stories - Aurelien Kamerun

  • En el tercer episodio, Rahel conoce a Tadeu, de Brasil. Juntos preparan "Bolo de Cenoura", un jugoso pastel de zanahoria brasileño con glaseado de chocolate. Tadeu vive con su esposo en Berlín y trabaja como gerente comercial y de contratos en un proyecto para expandir la infraestructura de carga para autos eléctricos. Aunque mudarse a Alemania era su mayor ambición, el comienzo no fue fácil, sobre todo por la barrera del idioma y la temida burocracia alemana.

  • En el cuarto episodio, Rahel conoce a Maryna, de Ucrania. Juntas cocinan «borscht», una sopa de remolacha con ternera y verduras, todo un clásico en Ucrania. Maryna vive en Alemania desde 2021 y está estudiando para ser educadora. Le gusta mucho trabajar con niños, ya que anteriormente había trabajado como au pair en Alemania. La guerra en Ucrania separó a la familia: la madre y la hermana de Maryna también se trasladaron a Alemania, mientras que su padre y sus abuelos siguen viviendo en Ucrania.
    Según Maryna, de pequeña comía «borscht» casi todos los días, por lo que le recuerda a su país natal. Así, el plato nacional ucraniano se ha convertido para ella en un auténtico «comfort food», ¡aunque de niña no le gustaba nada!

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